Durante los últimos años me he topado con desarrollos fascinantes en el mundo de la robótica, pero lo que está sucediendo en la Universidad de California, Berkeley, realmente capta la atención. Aquí, un equipo de investigadores, liderado por Ilija Radosavovic y Bike Zhang, ha logrado un avance notable en la robótica y la inteligencia artificial (IA). Veamos en detalle este proyecto que combina AI y robótica de manera pionera.
El núcleo de este proyecto es un robot humanoide de tamaño natural que ha aprendido a caminar por sí mismo. Utilizando técnicas de aprendizaje por refuerzo, similares a las empleadas en modelos de lenguaje, el robot ha sido capaz de enseñarse a caminar en un entorno físico real. Esta técnica implica simular millones de escenarios donde se premian los movimientos que imitan la marcha humana y se penalizan los inadecuados. Recordemos que elaprendizaje por refuezo se basa en el intento, el error y en la repetición hasta que se eliminan los errores.
En el corazón de su sistema de aprendizaje está un modelo de transformer, utilizado extensamente en modelos de lenguaje de IA. Este transformer se basa en predecir el siguiente elemento en una secuencia de datos, permitiendo al robot ajustar sus acciones en nuevos entornos.
El robot ha mostrado habilidades emergentes fascinantes. Por ejemplo, coordina el movimiento de sus brazos con sus pasos y ajusta su forma de caminar en terrenos inclinados, imitando comportamientos humanos. Sin embargo, aún no puede navegar por escaleras y su marcha es algo rígida, tal y como se puede ver en los vídeos que han compartido en humanoid-transformer.github.io.
A pesar de no tener sensores para percibir su entorno, el robot ha demostrado una notable capacidad de mantener el equilibrio, incluso cuando se enfrenta a perturbaciones externas, como ser empujado o golpeado con objetos.
Los investigadores están conscientes de las áreas de mejora. Por ejemplo, la fluidez en la marcha y la detección de obstáculos son aspectos a desarrollar. Estos avances podrían abrir puertas a aplicaciones en entornos domésticos o industriales, donde la adaptabilidad y la autonomía son cruciales.
Desde mi perspectiva, este desarrollo es un ejemplo claro de cómo la IA puede transformar la robótica. No solo estamos viendo un robot que aprende una tarea compleja, sino que estamos presenciando la emergencia de conductas que imitan a las humanas, un paso impresionante hacia robots más integrados y útiles en nuestra vida cotidiana. Estamos ante una era donde la colaboración entre humanos y robots podría ser más fluida y natural.
Tenéis más información en hybrid-robotics.berkeley.edu