Cáscaras de almendra y limón para construir piezas de automóviles

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El proyecto BARBARA, financiado por la UE y el sector privado, ha creado materiales de alto rendimiento a partir de residuos agrícolas, que podrían revolucionar la industria automotriz y de la construcción.

Utilizando cáscaras de limón, almidón de maíz, cáscaras de almendra y cáscaras de granada como aditivos para biopolímeros, el proyecto ha producido prototipos de piezas de coches y moldes de construcción con la experiencia en impresión 3D del Centro de Tecnología Aitiip de España.

La bioeconomía europea apuesta por materiales naturales y residuos agrícolas

Los biopolímeros son polímeros derivados de materiales de origen biológico, y su uso en la fabricación puede reducir los residuos y las emisiones de dióxido de carbono. La Unión Europea ha manifestado su interés por impulsar el desarrollo de productos derivados de materiales de origen biológico, persiguiendo el propósito de reducir los desechos y hacer que los productos industriales sean más seguros.

La bioeconomía de la UE ha crecido hasta alcanzar los 2,4 mil millones de euros en 2019 y tiene un gran potencial de crecimiento, según un estudio de octubre de 2022. Como muestra de las altas expectativas para las bioindustrias, la UE ha establecido compromisos económicos importantes en los últimos años para fomentar la investigación en este campo.

Cáscara de limón y fibras de lino: la clave de los materiales sostenibles en la industria automotriz y de la construcción

Los residuos agrícolas son una fuente de materiales de base biológica que pueden utilizarse en la fabricación de paneles u otras piezas de un coche que generalmente son fabricadas con plástico. El proyecto BARBARA ha creado ocho materiales que contienen pigmentos de granada y limón, biomordientes de granada, fragancias de limón y cáscara de almendra que podrían usarse en lugar de los plásticos existentes. Los nuevos materiales dieron lugar a diferentes colores, aromas, texturas y propiedades antimicrobianas.

Los materiales creados con estas materias primas tienen mejores propiedades mecánicas, térmicas e incluso estéticas. Como resultado, pueden usarse para mejorar la calidad del material final, incluso agregando un color o una fragancia, según afirmó el equipo detrás de este proyecto.

Los residuos agrícolas y otros materiales naturales pueden hacer que la industria automotriz y de la construcción sean más sostenibles y menos tóxicas. El proyecto BARBARA ha demostrado que es posible plantear iniciativas afines con la economía circular, para contribuir a reducir el impacto medioambiental. Esto es apenas un desarrollo incipiente, que puede marcar el camino hacia una innovación intensificada en la bioeconomía europea.