Los robots pueden aprovecharse como una herramienta útil para detectar problemas de bienestar mental en los niños, según indica un nuevo estudio.
Los investigadores dicen que los robots podrían ser un añadido útil a los métodos tradicionales de evaluación de la salud mental, sin pretender transformarlo en un sustituto del apoyo de un profesional en salud mental.
Un “robot terapeuta” para niños
Especialistas en robótica, informáticos y psiquiatras de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, realizaron un estudio con 28 niños de entre 8 y 13 años de edad, e hizo que un robot humanoide del tamaño de un niño les administrara una serie de cuestionarios psicológicos estándar, para evaluar el bienestar mental de cada participante.
Esta es la primera vez que se utilizan robots para evaluar el bienestar mental de los niños, al menos en un procedimiento formal del que se deje registro. Según reporta el equipo de investigación de este proyecto, los niños participantes se abrieron a confiar en el robot, a veces compartiendo información con que aún no habían compartido a través del método de evaluación estándar de cuestionarios en línea o en persona.
La profesora Hatice Gunes, encargada de dirigir el Laboratorio de inteligencia afectiva y robótica del Departamento de informática y tecnología de Cambridge, ha estudiado cómo los robots de asistencia social (SAR) pueden utilizarse como «entrenadores» de bienestar mental para adultos, extendiendo el alcance de este enfoque a los niños durante los últimos años.
“Después de convertirme en madre, estaba mucho más interesada en cómo se expresan los niños a medida que crecen y cómo eso podría superponerse con mi trabajo en robótica”, dijo Gunes. “Los niños son bastante táctiles y se sienten atraídos por la tecnología. Se retiran del mundo físico si usan una herramienta basada en pantalla. Pero los robots son perfectos porque están en el mundo físico: son más interactivos, por lo que los niños se involucran más”, agregó.
Con colegas del Departamento de Psiquiatría de Cambridge, Gunes y su equipo diseñaron un experimento para ver si los robots podrían ser una herramienta útil para evaluar el bienestar mental de los niños. “Hay momentos en que los métodos tradicionales no pueden detectar las fallas en el bienestar mental de los niños, ya que a veces los cambios son increíblemente sutiles”, dijo Nida Itrat Abbasi, la primera autora del estudio. “Queríamos ver si los robots podrían ayudar con este proceso”.
Para el estudio, los niños participantes se integraron en una sesión individual de 45 minutos con un robot llamado Nao (en la imagen), un robot humanoide de unos 60 centímetros de altura, mientras un padre o tutor, junto con miembros del equipo de investigación, observaba desde una habitación contigua el desarrollo de la sesión, en la que se hacen preguntas abiertas sobre recuerdos felices y tristes recientes, se mide el estado de ánimo y sentimientos, se les hace evaluar imágenes y se les aplica una medición de ansiedad bajo diferentes aspectos.
“Dado que el robot que usamos es del tamaño de un niño y no amenaza en absoluto, los niños pueden ver el robot como un confidente; sienten que no se meterán en problemas si comparten secretos con él”, dijo Abbasi. “Otros investigadores han descubierto que es más probable que los niños divulguen información privada, como que están siendo intimidados, por ejemplo, a un robot que a un adulto”.
Los investigadores enfatizan con respecto a este proyecto que, si bien sus resultados muestran que los robots podrían ser una herramienta útil para la evaluación psicológica de los niños, no son un sustituto de la interacción humana.
«No tenemos la intención de reemplazar a los psicólogos u otros profesionales de la salud mental con robots, ya que su experiencia supera con creces todo lo que un robot puede hacer», dijo el coautor, el Dr. Micol Spitale . “Sin embargo, nuestro trabajo sugiere que los robots podrían ser útiles para ayudar a los niños a abrirse y compartir cosas con las que no se sentirían cómodos al principio”, agregó.