La erradicación de las emisiones de carbono es un propósito común para una parte importante de los países del mundo. Es todo un desafío, considerando lo compleja que es la dinámica bajo la que se mueve el planeta.
En aquellas industrias o áreas en las que no se puedan eliminar estas emisiones, se aplicarán -en función de cada legislación en particular- impuestos por este concepto o bien, para evitar esta situación, se requerirá de la implementación de filtros para el aire.
La oferta actual de soluciones para estos casos involucra elevados costos. Sin embargo, una nueva alternativa se asoma en el horizonte, de la mano de la startup High Hopes.
La propuesta es realmente llamativa. Mediante un mecanismo especialmente diseñado para esta tarea, pueden procesar el aire por un costo de 100 dólares por tonelada. Como referencia, otras empresas ofrecen este servicio por tarifas que van desde los 600 a los 1000 dólares por tonelada.
El sistema de High Hopes se basa en el uso de globos aerostáticos, como los que Google usó en su extinto proyecto Loon. Para cumplir con su tarea, se instalan plataformas de captura de carbono de bajo consumo energía en globos que se elevan a gran altitud, hasta alturas donde les resulte viable trabajar de manera más eficiente. Seguidamente, este mecanismo llena sus tanques de presión con hielo seco, para llevarlos de regreso a la superficie. En cuanto la temperatura aumenta, el hielo seco volverá a convertirse en CO2 en estado gaseoso, presurizándose gracias al volumen restringido de los tanques, en un formato listo para su posterior tratamiento.
Este es un proceso básico dentro de los cambios de estado de la materia, llamado criodistilación. Al realizarse este proceso a grandes alturas, físicamente resulta más ligero todo el proceso implicado.
Para una implementación a gran escala, el equipo está considerando la región de África Subsahariana, por sus condiciones óptimas del aire, su cercanía con el ecuador y su mínimo impacto en el tráfico aéreo. A pesar de estos criterios de elección para el primer despliegue, desde High Hopes afirman que este sistema puede funcionar desde cualquier latitud.
Como consideraciones de seguridad fueron contempladas la altitud por sobre las nubes, para evitar que los equipos sean impactados por rayos y de paso, exponerse a una explosión por la alta inflamabilidad del hidrógeno. Factores climáticos propios del área, además, reducen la probabilidad de esta clase de accidentes u otros relacionados con el contacto con la lluvia que, igualmente, a pesar de ser poco probable, es un escenario ante el que High Hopes afirma que puede reaccionar.
Los próximos pasos de este proyecto se enfocan en la expansión de esta iniciativa. Mayor capacidad de procesamiento y una más amplia área de cobertura, son propósitos que están en la mira de esta startup oriunda de Israel.
En países como Suecia, ya se están aplicando impuestos para las emisiones de carbono. Es un caso pionero, pero las proyecciones señalan por lo general que hacia allá se orienta la tendencia de las políticas globales. Aquellas industrias que no puedan aplicar un “sello verde” a sus procesos desde el origen, tendrán que implementar soluciones que impacten directamente en las consecuencias que generan. Esta solución da un paso adelante hacia ese cada vez más cercano futuro.