La relación entre la administración presidencial de Donald Trump y las empresas tecnológicas de China se puede catalogar como digna de una teleserie, incluso hasta en su episodio final.
Ad portas de abandonar la Casa Blanca, el presidente estadounidense, como última acción dentro de su plan de bloqueo a Huawei y otras empresas chinas del mismo rubro, revocó una serie de licencias que permitían a empresas norteamericanas comercializar componentes para la fabricación de sus dispositivos.
El drama tecnológico entre la Casa Blanca y China continúa en ascuas
Fundándose en la “protección de la seguridad de los intereses nacionales de Estados Unidos”, Donald Trump le declaró una guerra comercial a China, bloqueando la posibilidad de establecer lazos con sus empresas de tecnología desde el país norteamericano, siendo el episodio junto a Huawei el más icónico.
El hecho de que por mandato presidencial, una serie de empresas del rubro tecnológico estadounidense se vieran restringidas con el establecimiento de relaciones comerciales con firmas chinas, trajo serias consecuencias en particular para Huawei, como el bullado episodio en el que se restringió la distribución del sistema operativo Android para estos dispositivos.
Aunque ante esta situación, Huawei se reinventó con el anuncio de Harmony OS, su propio sistema operativo multiplataforma, este nuevo episodio complica más las cosas para la compañía china.
Estas nuevas restricciones implicarían que empresas como Intel, proveedor de componentes para los dispositivos de Huawei, ya no puedan establecer relaciones comerciales con empresas de aquel país.
Las señaladas limitaciones comerciales llegan a “endurecer la mano”, aún cuando en una ocasión anterior, en medio de todo el estallido del caso de EE.UU. contra Huawei, el gobierno estadounidense otorgó una licencia especial a empresas de semiconductores como Qualcomm y la misma Intel, para seguir trabajando junto a Huawei.
No se trata sólo de un par de empresas
Esta información fue dada a conocer por la Asociación de la Industria de semiconductores (SIA, en inglés), a través de un reporte de la agencia de noticias Reuters. Entre las pruebas y antecedentes que se recopilan en aquel informe, se señala que el Departamento de Comercio de Estados Unidos mantiene bajo revisión 150 licencias de este tipo, pendientes de aprobación, pero con una alta probabilidad de ser rechazadas.
El caso de Intel es el más llamativo, pero no un hecho aislado. Hasta el momento, de acuerdo con el informe de Reuters, las revocaciones por estas mismas razones ascienden a ocho, contemplando además de Intel, a la filial norteamericana de Kioxia Corp, antes conocida como la división de memorias flash de Toshiba.
Hasta el momento, tanto Intel como Huawei han evadido emitir declaraciones públicas o comunicados de prensa.
Las compañías restringidas por esta nueva política, por protocolo cuentan con 20 días para responder a esta notificación. El Departamento de Comercio estadounidense cuenta con 45 días para informar nuevos cambios, en caso de aplicarse y también, tras eso las empresas contarán con un plazo de otros 45 días para presentar sus apelaciones.
Como bien es sabido, se avecina un cambio de mando en Estados Unidos. La futura administración de Joe Biden no ha transparentado aún su postura ante la situación de su país con China. Todo este lío hoy se sumerge en una incertidumbre mayor sobre el futuro de este pleito, pues de las acciones que tome esta nueva administración gubernamental podría depender el futuro de todas las empresas chinas y estadounidenses involucradas.
Imagen encabezado: Montaje con fotografías de Geralt y Sebastien Corberon, bajo licencia CC.