La Inteligencia Artificial (IA) es uno de los recursos tecnológicos que más ha dado de que hablar durante los últimos años en materia de innovación. Muchas áreas de estudio se han convertido en tierra fértil para experimentar en torno a las posibilidades de uso de estas nuevas tecnologías. A continuación, revisaremos algunos casos en los que este recurso aplicado en los campos de la nutrición y alimentación, nos han aportado interesantes avances.
A modo de contexto, es importante considerar que la IA es, por definición genérica, un software capacitado para reconocer variables de su entorno y en base de aquello, ejecutar de forma autónoma operaciones reduciendo al mínimo la posibilidad de fallar.
De forma general, una IA entrenada para colaborar en asuntos relativos a la nutrición humana, tiene el potencial de realizar recomendaciones durante la creación de programas personalizados de alimentación. Valiéndose del big data u otras bases de datos presentes en el rubro, podrían realizarse de forma eficiente combinaciones de vitaminas y nutrientes acordes a las necesidades de cada persona. Bajo una metodología similar, podrían también estas Inteligencias Artificiales dedicarse a la exploración de interacciones entre medicamentos y determinados nutrientes.
Un ejemplo práctico del uso de Inteligencia Artificial para fines como los recién comentados es la iniciativa que tuvo el Instituto de Innovación (i3B) de Ibermática, dando origen a una plataforma de IA que permite el análisis inteligente del big data generado por los múltiples aspectos que intervienen en la nutrición. Su fin principal es potenciar la investigación en gastronomía y alimentación personalizada. i3B ya trabaja en conjunto con varias empresas de España, principalmente de las áreas de alimentación y hospitales.
Aitor Moreno, responsable de Inteligencia Artificial de i3B, señaló que “el campo de la nutrición personalizada es muy amplio e implica, entre otros factores, el análisis de datos clínicos, de preferencias culinarias, de cómo afecta la alimentación al estado físico y anímico de una persona, de cómo actúan las bacterias de la flora intestinal en cada individuo, o del funcionamiento de las neuronas del estómago, que están directamente enlazadas con el cerebro y nos impulsan a comer más o menos. Es importante también contrastar los datos que se extraen del contexto del usuario, su situación emocional, familiar, si tiene dolencias o patologías… Una analítica inteligente de los parámetros que arrojan todas estas fuentes de información es imprescindible para el avance en el ámbito de la nutrición y el advenimiento de nuevas tendencias culinarias”.
Otra iniciativa de trabajo con IA es la de NotCo, empresa chilena que surgió como startup y que actualmente distribuye su catálogo de productos en varios países. Se dedican a la fabricación de sustitutos vegetales de alimentos fabricados originalmente a base de ingredientes de origen animal.
Para experimentar con las recetas que dan origen a su catálogo de productos, cuentan con la ayuda de Giuseppe, el “chef” basado en IA de NotCo, capaz de analizar a nivel estructural los alimentos con base animal, cruzando la información con varias fuentes de datos, en las que se buscan sustitutos para sus componentes en vegetales. De esta forma, han conseguido recrear mayonesas, leche y helados.
Tal como señalan en su sitio web, la inteligencia artificial les otorga una nueva manera de analizar los alimentos. “Al cruzar la información estructural, Giuseppe encuentra patrones que permiten detectar cuáles son las plantas que deberían combinarse para generar el sabor y la textura deseados. Parte clave de su entrenamiento es la construcción de una base de datos dentro de NotCo, que describe a nivel molecular las propiedades de un gran número de plantas y alimentos tradicionales”, comentan en su presentación corporativa.
Fuera de la experimentación e innovación a gran escala, contamos también con soluciones prácticas para nuestros dispositivos móviles, mediante aplicaciones que operan en conjunto con alguna inteligencia artificial que agiliza procesos. Un ejemplo es Sensely, app que cuenta con una potente inteligencia artificial, capaz de identificar síntomas con el fin de derivar a un especialista. Sus capacidades contemplan la posibilidad de ofrecer orientación en cuanto a alimentación y nutrición respecta, entre otras inquietudes de salud.
Dado lo dinámico que se ha vuelto el mundo de la Inteligencia Artificial, se espera conocer de más iniciativas como estas conforme avance el tiempo. Muchas buenas ideas podrían materializarse gracias al aporte de este poderoso recurso.