Enviar una sonda al espacio interestelar para 2030 se ha convertido en el objetivo a cumplir de un equipo de investigadores del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, quienes se encuentran a la espera de la NASA para su aprobación.
De ponerse en marcha, este proyecto sería el primer intento por explorar el espacio interestelar, tras la hazaña alcanzada décadas antes por las Voyager 1 y 2 al adentrarse en este dominio.
Este proyecto surgió como resultado de un estudio de sonda interestelar llevado a cabo el año pasado, avalado por la NASA, el cual pretende lanzar una nave espacial con un peso inferior a 771 kg sobre el cohete perteneciente al Sistema de Lanzamiento Espacial.
Para ello, según comentan en Wired, se empleará la ayuda de la gravedad para brindarle el impulso necesario a la nave y llevarla a una velocidad superior a las 160.000 km por hora, lo suficiente para escapar de la atracción gravitatoria del sistema solar.
En total la nave se embarcará en un viaje de 148 mil millones de km desde la Tierra con la expectativa de cubrir esta distancia en un periodo inferior a 15 años, donde, en comparación, la Voyager 1 y 2 realizaron un recorrido de 10 veces menor en un tiempo de casi 40 años.
Sin embargo, a diferencia de la Voyager 1 y 2 que contaban con instrumentos básicos, esta nave estará equipada con un conjunto de sensores, cuyos registros podrían brindar un mejor entendimiento del espacio interestelar, el cual sigue siendo actualmente una incógnita para los científicos.
Junto con esto, la heliosfera, esa pequeña región en forma de burbuja localizada alrededor del Sol, podría representar una oportunidad de aprendizaje adicional.