Todas aquellas personas que decidan viajar como turistas a la región occidental de China podrían estar recibiendo una bienvenida mucho más cálida y cercana de lo que quisieran por parte de las autoridades fronterizas de la región con la instalación de una aplicación en sus teléfonos celulares.
Esto, como parte de las intensas medidas tomadas por el gobierno chino para poner en práctica el uso de tecnologías intrusivas con el propósito de acorralar a los radicales islámicos y afianzar el dominio del partido comunista en la región del lejano Oeste chino.
En el caso de los teléfonos celulares, estos son interceptados por las autoridades fronterizas para instalar una aplicación de nombre Fengcai en ellos con el propósito de recolectar información personal y escanear su contenido en busca de material que pueda representar una amenaza a los intereses de la nación. En este sentido, la aplicación extrae datos personales del teléfono como mensajes de texto y contactos.
Junto con esto, el contenido multimedia del dispositivo también es examinado en la búsqueda de imágenes, videos, archivos de audio, así como cualquier otro elemento, contrastándolos con los más de 73 mil resultados incluidos en la base de datos asociada a la aplicación hasta encontrar el material de interés. Entre estos resultados se toman en consideración publicaciones relacionadas con el estado islámico, grabaciones de himnos yihadistas, así como imágenes de ejecuciones, aunque también la búsqueda puede incluir material no asociado al terrorismo como fotos del Dalai Lama y una canción de heavy metal de una banda japonesa llamada Unholy Grave.
De acuerdo con declaraciones de varios residentes locales que cruzaron la frontera recientemente y fueron entrevistados por periodistas extranjeros (a quienes solicitaron que su identidad se mantuviera anónima), las autoridades fronterizas exigen a las personas visitantes que dejen sus teléfonos celulares para permitirles el ingreso en Xinjiang.
Inicialmente esta tecnología estaba siendo aplicada a los pobladores de la zona a fin de ejercer control y sometimiento sobre las minorías étnicas musulmanas que habitan allí, pero con el paso del tiempo la medida fue expandiendo su campo de acción hacia los turistas y visitantes.