La realidad virtual no sirve sólo para jugar virtualmente con otras personas en cualquier parte del mundo, realizar visitas virtuales a museos o disfrutar de conciertos en directo. La realidad virtual también es aplicable al mundo de la psicología. En este sentido, investigadores del Departamento de psiquiatría de la Universidad de Oxford han realizado un estudio, publicado esta semana en la revista British Journal of Psychiatry, en el que han participado 30 pacientes con paranoia severa.
A todos ellos se les ha equipado con un casco de realidad virtual profesional NVIS SX111 sometiéndoles a una sesión de media hora de duración en la que se les ha simulado estar tanto dentro de un tren como dentro de un ascensor, escenarios en los que poco a poco han ido apareciendo avatares de personas a los que hacer frente. Señalar que los pacientes con paranoia severa tratan de evitar estar en situaciones sociales por la desconfianza extrema que tienen con el resto de las personas.
A la mitad de ellos se les alentó a usar sus comportamientos habituales de defensa, evitando los contactos visuales e interacciones sociales, mientras a la otra mitad se les han dado instrucciones para afrontar la situación que van a vivir a través de la realidad virtual, dándoles a entender que se enfrentaban sólo a personas virtuales, y por tanto, se encontraban a salvo.
El resultado es que después de la sesión, más del 50% del segundo grupo dejaron tener paranoia severa, mientras que en el primer grupo tan sólo dejaron de tener paranoia severa un 20% de ellos.
En cualquier caso, los pacientes curados de las paranoias severas han tenido que reaprender sentirse seguros estando con otras personas. De esta manera, la realidad virtual es algo más que ocio y también podrá tener utilidad en otros campos.