Los coches autónomos de Google andan probando parabrisas inteligentes

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Son muchos los inconvenientes que al igual que los humanos los coches autónomos deben enfrentar, por ejemplo, escenarios lluviosos o con tormentas de nieve en los que la visibilidad es casi nula. Claro, no bastan los aparatos de geolocalización para seguir la marcha pues las cámaras y sensores de los vehí­culos deben actuar en tiempo real dependiendo de lo que a su alrededor ocurre.

Pues bien, los coches de Google han empezado a trabajar en estos ambientes con pequeños parabrisas «inteligentes» para garantizar que los sensores que se acomodan en el techo del vehí­culo, mantengan su vista y funcionamiento al cien por ciento. Hasta ahora, apenas se presentaba un momento extremo como los de una fuerte lluvia, el conductor humano debí­a encargarse de detener el automóvil.

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Así­ que en lo que se trabaja ahora es en optimizar los sensores láser que también adornan la cúpula de reconocimiento de los coches para que el auto pueda entender al instante y en mejor medida el fenómeno climático actual y sus caracterí­sticas (intensidad, opacamiento producido, etc.) para ajustar su método de detección de objetos, el trabajo del parabrisas y la marcha debida a través de un ambiente con presencia de gotas de lluvia, nieve y neblina, entre otros elementos.

El fin es llegar a garantizar que los autos no dependan de un humano para tomar las mejores decisiones cuando se presentan condiciones climáticas adversas, y un mejor manejo de sensores de la mano de unos parabrisas hechos a la medida, empiezan a ser la solución. Por cierto, en promedio, ahora los coches de Google recorren entre 16.000 y 24.000 kilómetros por semana; el 60% del tiempo, va activado solo su modo autónomo, el resto, es el humano quien conduce.

Más información: Informe de Google | Ví­a: The Verge