¿Cambio de época o época de cambios?

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Vivimos con una sensación de velocidad vertiginosa. Nuevas tecnologí­as surgen a nuestro alrededor de forma constante y acentúan la sensación de pérdida de control frente al mundo digital. Empieza a ser frecuente oí­r: “No vivimos una era de cambios, sino que estamos en un cambio de era”.

Con este tipo de frases parece que lo digital es una religión sin sí­mbolo claro pero con muchos predicadores que lanzan sus mensajes en menos de 140 caracteres. Se echa de menos la capacidad de pensamiento y de cuestionamiento, de análisis y de reflexión.

Y esa es precisamente la intención de este artí­culo: Realizar un ejercicio para que pensemos detenidamente sobre el momento que vivimos.

Pongamos encima de la mesa el conjunto de argumentos a favor y en contra para que cada uno genere su propia opinión a través del debate:

¿Por qué NO estamos en un cambio de época?

Imagen: shutterstock.com

1 – Todos los humanos han pensado que su época era excepcional

Si dedicamos un tiempo a investigar a los estudiosos del pensamiento humano como Peter Watson, nos daremos cuenta de que todos los humanos han pensado que su época era excepcional.

En uno de los mejores ensayos sobre este tema llamado «La sociedad de la ignorancia«, Antoni Brey -otro pensador destacado- afirma lo siguiente:

Los individuos de cualquier época han mostrado siempre una tendencia a destacar la excepcionalidad de su tiempo y lo han hecho, sin duda, condicionados por el relieve que la proximidad proporciona de los sucesos vividos, por una actitud ineludible de admiración ante la experiencia sensible y por la percepción de la vivencia propia como un hecho remarcable, una percepción que ignora el carácter esencialmente monótono y homogéneo de esa sucesión constante de existencias que llamamos la Humanidad.

2 – Recogemos lo que sembramos durante el s. XX

Cuando pensamos en el siglo XX lo asociamos a una época con dos grandes guerras mundiales, pero también es de facto el siglo donde mayor número de innovaciones y transformaciones se han llevado a cabo de todo el perí­odo que conocemos como Humanidad.

De hecho, un gran número de filósofos e historiadores aseguran que lo que estamos viviendo en la actualidad es una simple recogida de siembra hecha durante el siglo anterior. Esto quiere decir que el momento revolucionario ya ha pasado y que muchos ni nos hemos dado cuenta de ello.

No se puede comparar la revolución que supuso la comunicación a distancia por ondas (radio) con la llegada del teléfono móvil o el big data. Confucio ya aseguraba: “Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro”.

3 – Burbujas & Hypes

Desde los inicios de la historia, los hombres han sido propensos a generar burbujas de todo tipo: la fiebre del oro, la búsqueda de El Dorado, la burbuja de los tulipanes… El ansí­a de conseguir una vida mejor -o la avaricia- provoca una intensidad desmesurada en las oportunidades.

Los componentes de la época actual se asemejan demasiado a los que tiene una burbuja económica. Por las dimensiones que está adquiriendo, la depresión del 29 o el crash del punto com puede que se conviertan con el paso del tiempo en meras anécdotas sin importancia. Para entender mejor este punto, es imprescindible escuchar a Fernando Trias de Bes.

4 – índice #PQS

Lo relevante de una tecnologí­a no es tanto qué es capaz de hacer sino el famoso í­ndice PQS (para qué sirve). Hoy en dí­a estamos rodeados de un montón de artilugios e invenciones de dudosa utilidad.

Sólo hace falta investigar y explorar el cementerio de webs abandonadas o apps sin sentido para darnos cuenta de que no hay una utilidad real detrás de tanta tecnologí­a. Un ejemplo de esto fue “Second Life”, un fenómeno que tuvo mucha visibilidad y que ahora está por completo desaparecido.

5 – Impacto en los hábitos

Una tecnologí­a no es relevante hasta que no se adopta o incorpora en los hábitos de las personas y sociedad. Por ello, debemos entender que el cambio no llegará hasta que no se produzca:

– La ruptura de las barreras mentales de las personas para probar una nueva tecnologí­a.

– La ruptura del valle inquietante. El valle inquietante es la respuesta de rechazo que experimentan las personas ante robots que miran y actúan casi como un humano real, así­ pues, es necesario que esta reacción cambie para que se modifiquen realmente los hábitos.

Para que una tecnologí­a realmente se implante en los hábitos de una sociedad se necesitan varias generaciones. Por lo tanto, no es ahora cuando seremos conscientes plenamente del cambio, sino cuando las generaciones nacidas en torno al año 2000 tengan un alto poder adquisitivo, de aquí­ a unos 30 años aproximadamente.

6 – Infoxicación

Alfons Cornella (@acornella) es uno de los pensadores contemporáneos -al que todos le debemos gratitud y admiración- que acuñó el concepto de Infoxicación. La infoxicación es el sobreexceso de información que provoca una caí­da del conocimiento y la atención.

Esto implica revisar el concepto acuñado por Peter Drucker sobre la sociedad del conocimiento. Tal y como empezamos a observar, una sociedad con acceso a la información no es más libre, sino todo lo contrario. La brecha de la ignorancia se acrecienta en una sociedad sobreinformada, y por ello cada vez hay más gente que sabe un poco de muchas cosas pero pocos que sepan mucho de algo.

7 – Distribución desigual

Nadie puede discutir que el liberalismo vivido después de la Segunda Guerra Mundial ha provocado un crecimiento económico sin precedentes. El capitalismo es un sistema que se ha revelado eficiente en el crecimiento y profundamente injusto en su distribución. Se ha creado una brecha suficientemente grande como para que la parte más beneficiada no permita ningún tipo de cambio en el sistema.

Desde el otro ángulo, tal y como aseguraba el escritor Pérez Reverte: “Hasta el más miserable tiene algo que perder”. Una época no cambia sin una redistribución radical de los factores productivos y de su riqueza.

Parece que esto será complicado.

8 – Internet es como la espuma

No ha habido ningún movimiento que creado sólo en Internet haya transformado el mundo real -por ahora-. Las movilizaciones contra la Ley Sinde en España o a favor de la neutralidad de la red quedaron en nada.

Sí­ que es cierto que la Primavera árabe o las movilizaciones en Hong Kong han utilizado medios digitales para incrementar la visibilidad de sus protestas, pero no son movimientos nacidos en la red, sino movimientos de calle que han sabido utilizar esta nueva herramienta de comunicación.

9 – Interés comercial

Gran parte de las personas que afirman que estamos ante un cambio de era tienen un interés comercial explí­cito o implí­cito en tal afirmación: Consultores, profesionales tecnológicos, profesionales independientes, profesores, managers de empresas con modelos de negocios caducos… Todos tienen interés en reforzar un marco linguí­stico que insista en que estamos en una época de cambios.

¿Por qué Sí estamos en un cambio de era?

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1 – Impacto en la redistribución social
Los robots sustituirán el 47% de los puestos de trabajo actuales según un estudio de Oxford. Esto implica que habrá una redistribución de la organización de la sociedad ya que no todos tendremos trabajo. Sólo las tareas que sean muy creativas o muy rudimentarias tendrán espacio, lo cual también conllevará una revisión de los mecanismos de solidaridad social.

2 – Impacto en el conocimiento

Los seres humanos aprendemos de la interacción unos con otros y a través de las tecnologí­as de la información. En el siglo XX el aprendizaje pasó de ser de “uno a uno” a de “uno a muchos”. Lo que nos espera es un nuevo concepto de aprendizaje enfocado al de “muchos a muchos”. Si cambia la forma de aprender cambia la cultura de una sociedad y por lo tanto, cambia la humanidad.

3 – Coincidencia de tecnologí­as

Además de la redistribución de la producción o del cambio en el conocimiento, lo relevante de esta época es que una tecnologí­a impacta en más de un hábito al mismo tiempo. Este hecho es una novedad histórica, tal y como explica Gení­s Roca (@genisroca) en su ponencia “La sociedad digital”.

4 – Exponencialidad

Vivimos fenómenos exponenciales que evidencian la aceleración. Por un lado, la Ley Moore se sigue cumpliendo. Esta ley, que define el patrón de la evolución en el procesamiento de datos, afirma que cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado, es decir, cada dos años se duplica su capacidad.

Por otro lado, la ley del 10 + 10 asegura que un invento necesita 10 años desde su creación para convertirse en estándar, y 10 años más para conseguir ser masivo. Esta ley se ha cumplido perfectamente en el caso de Youtube.

5 – Globalización

Nunca en la historia de la humanidad un fenómeno como el tecnológico ha tenido tanto impacto en todo el mundo al mismo tiempo. Aquí­ no hay que olvidar las desigualdades entre paí­ses desarrollados y en ví­as de desarrollo, pero sí­ es cierto que no se debe despreciar un volumen que ya ha llegado a más de 3.000 millones de personas.

La posibilidad de conexión de distintas sociedades al mismo tiempo gracias a la globalización asegura una modificación de los elementos de identificación cultural que ni siquiera podemos llegar a plantearnos hoy en dí­a.

6 – Presión de los emergentes / indulgentes

La oportunidad digital proporciona una excelente oportunidad para que las personas, empresas o paí­ses que no tienen una posición en el mercado reten a los dominantes.

La gran cantidad de gente que se autoemplea hoy en dí­a, las startups -las que tienen éxito y las que no- y la emergencia económica de paí­ses como China o India proporcionan un marco incomparable para que surjan retos al status quo y cambien los pesos de la sociedad actual. En este sentido, la tecnologí­a se plantea como una herramienta de aceleración para alcanzar una mayor ventaja al respecto.

7 – Nativos digitales

Las personas observadoras tienen claro que las nuevas generaciones se comportan diferente frente a la tecnologí­a. Ver niños de dos años manejar con increí­ble precisión un iPad, adolescentes de 14 hiperconectados a las redes sociales o la comunicación entre jóvenes de 20, indica que quizás los cambios irán más rápido de lo que creemos y podemos asumir.

La propia incomodidad que sienten ante las tecnologí­as una gran parte de la generación nacida a finales del siglo XX ya indica aceleración.

8 – Dispositivos y datos

Nadie puede negar la cantidad de dispositivos conectados en la actualidad -y los que faltan por llegar-. La caí­da del coste de transmisión de bits y de fabricación de productos augura un escenario de auténticas autopistas de datos con unas posibilidades de mejora y de creación de nuevos productos y servicios sin precedentes.

9 – Empresas tecnológicas están dominando sectores

Las empresas que dominarán los mercados son aquellas que han sabido adaptarse a las nuevas tecnologí­as para ser mucho más eficientes: Spotify, Apple, Google, Airbnb… Son empresas con ADN digital. Por esta razón, cualquier empresa que quiera tener una oportunidad en su mercado deberá hacer un proceso de integración de lógicas digitales o desaparecerá.

10 – Reflexión personal

No hay duda de que vivimos en una época fascinante por la posibilidad de tener acceso a tanta tecnologí­a y conocimiento. Como profesional digital y fundador de una escuela digital, tengo claro que tenemos una oportunidad única para transformar la sociedad.

Pero también tengo claro que para que ocurra necesitamos una mayor capacidad crí­tica para incrementar el aprendizaje, así­ como una activación de un amplio elenco de la sociedad que de por sí­ es digitalmente pasiva.

Las personas con conocimiento digital tienen esa responsabilidad. En función de cómo consigamos incrementar los mecanismos de colaboración dentro de la sociedad y de la forma de reducir las desigualdades que producirá la tecnologí­a, viviremos esta época de cambios o cambiaremos de época.

Fernando de la Rosa, fundador de Foxize School @titonet

Sobre Fernando de la Rosa

Fernando de la Rosa es fundador de Foxize School. Anteriormente fundó dos startups (teleprix.com y rentingcar.com) y fue socio fundador de la agencia de comunicación Seisgrados, pionera en Branded Content en el año 2001. Padre de familia, admirador de su mujer e inconformista por naturaleza, escribe de forma regular sobre temas de marketing digital desde 2002 en su blog titonet.com.