Cuando hablamos de posicionamiento generalmente nos centramos en palabras clave, acciones SEO y redacción de contenidos optimizados para los buscadores… sin embargo y sin perder de vista que las acciones anteriores son la forma eficiente de lograrlo, debemos ahondar un poco mas en el concepto para analizar su significado primario en el ciclo en el que la nueva divisa que se transa en el comercio, son las emociones ajenas.
Cuando hablamos de posicionamiento, hablamos de mensaje único. ¿Qué significa exactamente?
Imaginemos que se nos encarga posicionar una marca centrada en los accesorios para bebés. Resulta evidente que, dentro de las primeras acciones a realizar debemos estudiar el mercado y la competencia, la que sin duda, encontraremos por miles y de la que nos quedaremos con aquella que nos impacte más por su valor agregado.
De ahí en adelante, la clave está en identificar qué mensaje definirá al nuestro, qué valor agregado nos diferencia de la competencia y cómo lo definiremos aplicando la regla de los 140 caracteres de impacto.
Posicionar una marca es diferenciarla, lograr que provoque recuerdo y emoción entre sus seguidores. Este es quizá el desafío más complejo ya que, una vez identificado, la clave está en mantenerlo, reinventando y modificarlo a medida que incluimos el feedback de nuestros seguidores en los procesos creativos.
Pero… cuáles son los cimientos que sustentan el proceso diferenciador de las marcas, cómo encontramos el valor agregado que define nuestra competitividad e influencia.
1. Segmentación primaria; definición de las categorías. Esta es la base de todo negocio, saber dónde queremos pertenecer.
2. Conoce qué les satisface. Para lograr una marca diferenciadora es indispensable exaltar aquello que satisface a nuestros seguidores, es a través de éste camino que llegamos al conocimiento de la emoción.
3. Todo cuenta. Cuando una marca se lanza a la aventura de posicionarse, como sinónimo de encontrar el mensaje que le aporta una ventaja competitiva, cualquier elemento que entregue beneficio al cliente, será valorado por encima de su competencia.
4. Tu mensaje= el compromiso de tu marca. Hablamos de posicionamiento de marca, hablamos de encontrar el mensaje único que nos hace competitivos en un universo feroz y en crecimiento, no es de extrañar por lo tanto, que los mensajes con mayor nivel de aceptación, son aquellos en los que subyace una promesa, la que hace nuestra marca con su público objetivo, sin dobleces; concreta, directa y sencilla.
5. Emociones e información. En el equilibrio que debemos alcanzar, es el que se produce entre las emociones ajenas -que nos permite crecer en influencia- y la entrega de información de calidad, que sustenta la confianza.
6. Marca no es lo mismo que producto. Debemos recordar siempre que posicionar es sinónimo de diferenciar y que en ésta fase, la clave está en diferenciar a la marca, con independencia del producto y sin que el mismo sea el centro de la relación con los consumidores. La construcción de marca es siempre un proceso previo a las acciones de índole comercial.
Recordemos siempre que nuestra meta son las emociones del cliente, no las del mercado.