Google y economí­a, indivisibles

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La verdad es que, aún tratando la coyuntura actual desde una perspectiva totalmente teórica y carente de vinculación alguna con las emociones (aunque esto es imposible si tenemos en cuenta que son las emociones hoy quienes construyen las nuevas sociedades que se unieron en las redes sociales), aquello que comenzó con la caí­da de las Torres Gemelas, ha avanzado mucho más allá de lo que todos pensamos.
No es únicamente que el periodo de tiempo que ha trascurrido desde que nos pusimos en pié hasta ahora, sea realmente breve vs, la innovación y revolución tecnológica que hemos experimentado, creada finalmente, por los seres humanos, sino que además, lo que comenzó siendo como un ciclo de crisis económica, se ha expandido transformando el mundo en un escenario en el que las tensiones sociales aumentan, un mundo en el que la credibilidad y la confianza o mejor dicho, la falta de ellas, determinan lo que suceder y un mundo en definitiva en el que, de igual forma que asistimos al fin del comunismo, es posible que estemos asistiendo al fin del capitalismo, pero… ¿qué le sigue?

Google

De la integración hombre máquina se desprende una gran cantidad de información antropológica, vertiente esencial en un escenario donde las emociones y las virtudes, son requisitos sine-qua-non.
A través de ellas y tras haber avanzado por la incipiente especulación y falta de transparencia (contenidos duplicados, granjas de enlaces, etc….) hemos llegado al ciclo en el que la red se integra con el mundo real.
Es en la red donde se decide qué comercios locales captarán más clientes, que concursos online tendrán más seguimiento, qué manifestación se producirá, donde y cuando. Es en la red donde se establecen los nuevos hábitos de consumo, la nueva curva de la oferta y la demanda, la segmentación como eje central de la eficiencia.

Google le sigue a un sistema en el que el abuso terminó con la eficiencia situándonos ante momento en el que la capacidad para ser productivos, generar valor agregado y mantener la eficiencia ”“sea cual sea el escenario- son las claves para lograr una buena clasificación.


La desconfianza se expuso gracias a las redes sociales, fueron éstas las plataformas que unieron a las personas abusadas, descontentas, preocupadas… excluidas finalmente y fueron éstas quienes les dieron la fortaleza que da la unión.
Obviamente el mundo real es tangible, no es sólo el logo azul de Facebook lo que, unido al desprecio total y absoluto por las sociedades que ha puesto de manifiesto la clase polí­tica de todo el mundo con cada una de sus acciones, está derivando en un aumento de la temperatura que no podemos negar.
Los movimientos sociales están escribiendo la historia, de la misma forma que Google se ha propuesto ser el pilar esencial en la productividad del planeta.
Si nos adentramos en la exposición que supone la interacción social y lo cotejamos con los resultados que para las marcas reporta la acción social, nos daremos cuenta de la relevancia que tiene para la Unidad (donde radica la eficiencia) el conocimiento de aquel con el que interactuamos.
La llegada de Google + nos ha situado en un nivel máximo de exposición y aunque, debido principalmente al ciclo estival, las aguas del mundo virtual parecen estar calmadas, asumiendo el lugar que a cada uno le corresponde y evaluando de nuevo la calidad de sus contenidos debido a la importancia de la Autorí­a, lo cierto es que las proyecciones nos hablan del nuevo buscador sin paginación.
Una nueva clasificación muy vinculada con la nueva economí­a que se construye en la red, una clasificación localizada, segmentada, equitativa y dependiente de los resultados que obtengan las marcas, la influencia se torna de nuevo imprescindible.
Y éste no es en absoluto un tema menor, desde aquél Crash del 29 que provocó una debacle colectiva financiera y psicológica hasta nuestros dí­as, la presencia constante del enriquecimiento fácil, la ausencia de dimensión con términos como compromiso, confianza, transparencia y honestidad, en definitiva el abuso inherente a la especulación, son quienes han definido a las sociedades pre ”“crisis.

Google es hoy mucho más que el buscador
Google va más allá del aumento de su presencia en el ecosistema social
Google no es únicamente la puerta a la nube ubicua y móvil

Google se consolida como el punto neurálgico en el que se mueve la nueva sociedad… por lo tanto, el sistema que nos impone es un nuevo orden económico donde necesidades e intereses significan cosas totalmente distintas y donde el compromiso con la eficiencia es la única alternativa de sobrevivir.
Estamos ante la nueva economí­a y aunque aún en tránsito, sabemos que tenemos ante nosotros mismos, meses complejos donde, seguro, en paralelo con las catástrofes que se sucederán en el “mundo real” la nube (Google) nos dará más opciones para ser eficientes.
Ahora el gran desafí­o radica en que los seres humanos seamos capaces de mantener esta senda de eficiencia sin desfallecer, mientras que la máquina tiene ante sí­ el reto de seguir  dotándonos de formación, especialización y educación, esto es lo que mantendrá la motivación en alza… obviamente se necesita motivación para ser productivos, innovadores y eficientes.
Aunque también es cierto que no quedan muchas opciones, tal y como están las cosas.

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Un comentario en “Google y economí­a, indivisibles

  1. Gran post, estoy muy de acuerdo con tus puntos clave, únicamente destacar el hecho de que toda esta información y servicios y medios están, por encima de Google, en manos del gobierno de los Estados Unidos. Y eso es algo a lo que hay que tener mucho, mucho respeto.

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