Cristóbal Abad me presenta el rediseño recién estrenado de masquemedicos.com, buscador de clínicas y médicos privados: dermatólogos, digestólogos, psicólogos, psiquiatras, pediatras, etc.
La web ofrece ya tres utillidades básicas:
– Muestra las clínicas más cercanas a la dirección que el usuario elija.
– Permite filtrar por seguro médico
– Permite opinar y ver las valoraciones de otros usuarios sobre sus servicios (se pueden compartir a través de Facebook), contando ya con 500 opiniones.
Los usuarios pueden seguirnos en nuestra página en Facebook y en Twitter.
Un buen lugar para los usuarios de la salud privada en España.
Buenos dias, me ha gustado mucho el sitio, nosotros somos 3 programadores (2 italianos y uno español) que hemos hecho un sitio también de tematica sanitaria. Estariamos interesados en entrar en contacto con los chicos de masquemedicos. Sabe alguien como nos podemos comunicar con ellos? Gracias
aquí tienes su formulario de contacto: https://masquemedicos.com/secciones/contacto
Grazie mille
Muchas gracias por el interés, tanto a Juan Diego como a vosotros. Estamos en contacto. Un saludo
Soy médico del Servicio Nacional de Salud. Nunca he intentado publicitarme y nunca he querido que mi nombre esté en cualquier sitio para que la gente opine de mi. No me parece mal que haya un localizador de médicos, pero el hecho de que faciliten mis datos para que la gente opine de mi, no me parece ético, y tengo mis dudas de que sea incluso legal.
Estos señores se pasan por el arco del triunfo el derecho al honor y al prestigio profesional de los demás. Añado algunas frases para que se entienda lo que digo, extraídas de la doctrina aplicada por el Tribunal Constitucional sobre el delicado asunto:
”” El trabajo, concebido en nuestra Constitución como derecho y como deber (art.35.1 CE) representa para «la mujer y el hombre de nuestra época, el sector más importante y significado de su quehacer en la proyección al exterior, hacia los demás e incluso en su aspecto interno es el factor predominante de realización personal.
””La opinión que la gente pueda tener de cómo trabaja cada cual resulta fundamental para el aprecio social y tiene una influencia decisiva en el bienestar propio o de la familia, pues de él dependen no ya el empleo o el paro, sino el estancamiento o ascenso profesional con las consecuencias económicas inherentes».
””Todo lo cual, le lleva a concluir literalmente que «el prestigio en este ámbito, especialmente en su aspecto ético o deontológico, más aún que en el técnico, ha de reputarse incluido en el núcleo protegible y protegido constitucionalmente del derecho al honor.
Hola Juan. Nos parece importante que los usuarios, tanto de la sanidad privada como de la pública tengan la oportunidad de opinar sobre el servicio recibido. Eso no tiene que ir en menoscabo del derecho al honor o del prestigio profesional de los profesionales de la salud. En el ejercicio de su actividad son figuras públicas y la libre opinión también es un derecho que ampara la constitución, igual que se pueden hacer críticas a favor o en contra de arquitectos, abogados o directores de cine.
Si en alguna ocasión entran en colisión ambos derechos, lo analizamos y tomamos la medida que consideramos oportuna.
Dejar que de forma anónima se publiquen comentarios sobre un profesional no me parece que sea algo ni ético ni tampoco, seguramente, legal. Es muy fácil desprestigiar a un médico, alguien en cualquier caso con largos años de estudios (no menos de 9, sin repetir curso) y notables sacrificios. Son temas muy delicados, cuando se juega con la salud de la gente y, a la vez, con la carrera de hombres y mujeres que tienen una tarea sin duda compleja y no fácil. Pero estos señores de masquemedicos, el asunto de la salud lo resumen a un “negocio”, a la compra-venta dejada al albur de unas “opiniones” expresadas con “libertad”, en un tema tan complejo como es el de los resultados en el campo de la medicina, donde tantos y tan diversos factores influyen, individuales la mayoría, y no sólo la habilidad o los conocimientos del facultativo. Esta frivolización de la relación médico-enfermo es, cuando menos, signo de una profunda ignorancia, a la que se suma, al parecer, un ansia ciega de ganar dinero, sin importar a quienes se daña. Los damnificados son tanto pacientes (a quienes se llegan a ofrecer “servicios de oferta” y se les hurta una discusión seria y objetiva ) como médicos que ven fiscalizado su trabajo diario por oscuros elementos, muchas veces sin que sean si quiera conscientes de ello. Porque entre las graves ilegalidades que, a mi juicio, en esta página se están cometiendo, no es menor la de que se usan nombres y direcciones de doctores sin que medie ningún tipo de consentimiento.
Este señor, D. Cristobal Abad, afirma sin ruborizarse que los médicos “en el ejercicio de su profesión son figuras públicas”. Caramba, pues entonces todo aquél que ejerza un trabajo, sea el que sea, es una “figura pública”. Un policía, un tendero, un albañil, una empleada de una tienda de ropa, un empleado de correos, un militar y hasta un señor que atornilla tuercas en una cadena de montaje de coches son figuras públicas (el coche sale al público). Es muy curiosa su idea de “figura pública”. No sé si hasta una monja de clausura se libraría de su criterio para incluirla en este sufrido grupo del que, según usted, cualquiera pueda decir cualquier cosa, eso sí anónimamente para proteger al opinante. Para echarse a temblar, vamos.
Tres consideraciones a tus comentarios, Juan:
Las opiniones de los pacientes son por propia definición subjetivas, valoraciones sobre un servicio por parte de un no experto (en principio) y como tales serán valoradas por la comunidad de usuarios de la web. No se trata de dictámenes periciales sobre actos médicos, sino la experiencia de un paciente contada desde su propia perspectiva, que pueden ayudar (o no) a otros usuarios a tomar una decisión. No pensamos que opiniones de pacientes sin fundamento puedan echar por tierra la carrera de ningún profesional.
Los servicios de salud hace mucho que se han convertido en “negocio” y en “servicio de oferta”, eso no lo hemos inventado nosotros ni creo que tengamos forma de remediarlo (si es que eso fuera deseable). La seriedad o falta de ella en el tratamiento de un tema tan importante como es la salud, no la pone la plataforma donde los pacientes y médicos participan, sino la calidad de los mensajes. También es responsabilidad de los médicos elevar el nivel con sus aportaciones, explicaciones e informaciones contrastadas. Ya no vale decir que es un tema muy complejo para profanos, puesto que la red está abierta a todos, y de todos los actores es responsabilidad evitar su banalización.
Si entramos en aspectos legales, decir que los datos profesionales como nombre, dirección, teléfono, e-mail o especialidad son datos públicos. De hecho son los propios organismos oficiales en muchas ocasiones los que los publican, como por ejemplo la Comunidad de Madrid para facilitar la libre elección de facultativo. ¿Es frívolo que el paciente pueda elegir médico? ¿En base a qué va a elegir médico si se le hurta toda la información posible sobre ellos? En todo caso, las opiniones que se publican son valoraciones de aspectos profesionales (trato recibido, etc) y en ningún caso personales. Cualquier dato personal publicado por terceros se retira en cuanto se detecta.
Nada, nada, mañana colgamos en la red un «masquedocentes.com» con la lista de todos los maestros y profes de este país, por supuesto sin su consentimiento, y a renglón seguido abrimos la veda para que cualquiera y de forma anónima (claro, para proteger al «opinante», pobrecillo él), se despache a su gusto con el docente, y así todos podremos elegir mejor el cole de la niña/o. Tranquilos, obtener las listas de docentes no tiene misterio, abrimos las páginas de cada colegio y, bingo, allí están todos (son «datos públicos» según el criterio de D. Cristobal Abad). Luego pasaremos a «masqueempleadosdecorreos.com» y luego a «masqueempleadosdehacienda.com» (no hay problema en recoger los nombres de estos infelices, están en las listas de aprobados y traslados del BOE, BOPA, etc, que son «listas públicas» donde las hubiere). Y luego, la mejor perla para rematar, saldrá el «masquecurrantes.com», donde las plantillas de cada empresa estarán a disposición del público en general (y otros empresarios en particular), para enterarnos de las menudencias que tanto abundan en cada puesto de trabajo, conflictos con jefes, sujetos «reivindicativos», «pasotas», «vagos» en general…, y así los ciudadanos (sobremanera los empresarios) podrán elegir también mejor a quienes contratan. En fin, el mundo feliz, gracias a la genial idea de los señores de mqm.