Ya se venía venir, a Europa no le gusta que la gente de fuera venga a pagar a sus ciudadanos a cambio de tiempo en pantalla.
TikTok, la popular plataforma de videos cortos, ha puesto en pausa un programa en su aplicación TikTok Lite que recompensaba a los usuarios en Francia y España por interactuar con contenido. Esta decisión responde a una investigación por parte de la Unión Europea que cuestiona las implicaciones éticas y los posibles efectos adversos en la salud mental de los usuarios.
TikTok Lite, conocida por su menor consumo de recursos y optimización para conexiones lentas de internet, introdujo este programa en marzo. Permitía a los usuarios mayores de 18 años acumular puntos canjeables por productos como vales o tarjetas de regalo. Sin embargo, esta iniciativa ha levantado ampollas en el seno europeo, provocando que la Comisión Europea ponga el foco en los riesgos de adicción asociados.
Thierry Breton, comisario europeo de tecnología, ha sido enfático al declarar que los jóvenes no deben ser tratados como «conejillos de indias» por las plataformas sociales. La investigación del programa de recompensas de TikTok Lite es la segunda acción de la UE contra la empresa bajo el nuevo Acto de Servicios Digitales (DSA), una legislación que exige a las firmas digitales regular el contenido en línea de manera efectiva.
En un contexto más amplio, TikTok también enfrenta desafíos regulatorios en Estados Unidos, donde el Congreso ha avanzado en legislación que podría obligar a la empresa a separarse de su empresa matriz, ByteDance, citando preocupaciones de seguridad nacional.
A nivel global, iniciativas similares de gamificación y recompensas en aplicaciones han sido objeto de escrutinio. Empresas como Facebook y YouTube han implementado sistemas que incentivan la participación del usuario, pero también han tenido que revisar estas prácticas para alinearse con regulaciones y preocupaciones éticas cada vez más estrictas.
La legislación de la DSA se posiciona como un mecanismo robusto para enfrentar estos desafíos, imponiendo severas penalidades a las plataformas que no cumplan con las directrices. Las multas pueden alcanzar hasta el seis por ciento de los ingresos globales anuales de una firma digital, y los reincidentes podrían ver sus servicios bloqueados dentro de la Unión Europea.
En el futuro, la regulación y supervisión de las dinámicas de recompensas y gamificación en plataformas digitales probablemente se intensificarán, dado el creciente enfoque en la protección de los usuarios y en particular de los menores. Este caso subraya la tendencia emergente hacia una supervisión más rigurosa de las tecnologías que afectan directamente a los comportamientos sociales y personales.