Las personas ciegas, y las que sufren algún tipo de discapacidad visual en general, se enfrentan a desafíos únicos en su interacción con el entorno. Entre estos, la capacidad para reconocer rostros, una habilidad crucial para la interacción social, representa un reto significativo. Sin embargo, recientes avances en la neurociencia y la tecnología ofrecen una ventana de esperanza. El estudio llevado a cabo por la Universidad Médica de Georgetown se sumerge en esta problemática, explorando una solución innovadora que podría cambiar la forma en que las personas ciegas perciben el mundo.