Respirar parece lo más automático del mundo. Inhalar, exhalar, repetir. Ni lo pensamos, ¿verdad? Pero cuando lo hacemos de forma consciente, la cosa cambia. Y aquí entra una técnica que me fascina: la respiración cuadrada, también conocida como box breathing. Lo curioso es que no solo ayuda a calmar la mente, sino que tiene detrás una matemática muy sencilla que explica por qué funciona tan bien.