Un microrrobot volador que se mueve como un insecto real

Un equipo de investigadores del MIT ha logrado un hito importante en el campo de la microrrobótica al presentar un robot volador del tamaño de un insecto capaz de realizar maniobras rápidas y complejas, similares a las de un abejorro. Esta nueva versión del microrrobot no solo mejora la velocidad y aceleración respecto a modelos anteriores, sino que también introduce una arquitectura de control basada en inteligencia artificial que permite movimientos acrobáticos con gran precisión.

La idea central es emular la agilidad de los insectos para operar en entornos donde los drones tradicionales fallan. Imaginemos una situación de rescate tras un terremoto: estos pequeños robots podrían moverse entre los escombros, llegando a lugares inalcanzables para otros dispositivos. Para ello, debían superar una barrera técnica importante: replicar el vuelo dinámico y veloz de un insecto con una máquina que apenas pesa más que un clip. Continúa leyendo «Un microrrobot volador que se mueve como un insecto real»

Microrrobots que navegan como la luz: una nueva era en el control a microescala

Los microrrobots, dispositivos más pequeños que un milímetro, tienen un potencial enorme en tareas de alta precisión como la administración localizada de medicamentos o la micromanufactura. Sin embargo, su reducido tamaño ha sido también su mayor obstáculo. En un espacio tan minúsculo no hay lugar para sensores complejos, procesadores potentes o sistemas autónomos de navegación. La consecuencia directa: estos robots no pueden «pensar» por sí mismos ni adaptarse al entorno como lo haría un robot de mayor escala.

Los investigadores han intentado superar esta limitación de varias maneras. Una de ellas es el uso de control externo con retroalimentación, donde un sistema auxiliar, como campos magnéticos u ópticos, dirige a los microrrobots. Este método permite un control preciso y es ideal para tareas complejas. Sin embargo, no escala bien: controlar muchos robots a la vez de esta forma es inviable.

Una segunda estrategia se conoce como control reactivo, en la que los robots responden directamente a un campo de control global mediante sensores simples. Esta aproximación permite manejar enjambres de microrrobots sin necesidad de control individualizado, aunque sólo ha logrado hasta ahora comportamientos básicos: seguir un rumbo, evitar ciertos obstáculos o agruparse. Hasta ahora, lograr una navegación compleja en entornos estructurados era una meta inalcanzable. Continúa leyendo «Microrrobots que navegan como la luz: una nueva era en el control a microescala»