En una clínica, los médicos controlan la saturación de oxígeno con oxímetros de pulso, esos instrumentos con clips que se colocan sobre la punta del dedo o la oreja.
Una alternativa doméstica, propuesta por investigadores de las universidades estadounidenses de Washington y California en San Diego, demostraron que se puede aprovechar la cámara y flash de un móvil para detectar niveles de saturación de oxígeno en la sangre de hasta el 70 %. Este es el valor más bajo que los oxímetros de pulso deberían poder medir, según la normativa sanitaria norteamericana.