Un estudio publicado recientemente por académicos de la Universidad de Ámsterdam sugiere que la relación entre el uso de redes sociales y la ansiedad puede ser más compleja de lo que se pensaba.
Contra todo prejuicio, este análisis determinó que los adolescentes que usan Instagram son más felices de lo que pensamos, pues al analizar los mensajes directos de un centenar de jóvenes presentes en la plataforma, se detectó que este segmento etario muestra más alegría que tristeza en esta red social.