Uno de los elementos más consistentes en los estudios sobre Stonehenge es su conexión con los solsticios. El monumento está orientado para enmarcar el amanecer del solsticio de verano y el ocaso del solsticio de invierno, alineaciones que no parecen producto del azar. La conocida Heel Stone marca la salida del sol en junio, y varias otras piedras se disponen de forma que permiten observar esos momentos clave del calendario solar. Continúa leyendo «Stonehenge: ciencia, ritual y geología tras el misterio megalítico»