Los sofocos no solo son uno de los síntomas más conocidos y molestos de la menopausia, también podrían estar enviando señales importantes sobre la salud del corazón. Aunque muchas veces se consideran parte «natural» de esta etapa de la vida, nuevas investigaciones sugieren que deberíamos prestarles más atención. Y no solo por la incomodidad que causan.
Un estudio reciente publicado en el Journal of the American Heart Association analizó la relación entre los sofocos frecuentes y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. ¿El hallazgo más destacado? Las mujeres que los experimentan con frecuencia tienen hasta un 50% más de probabilidad de desarrollar problemas cardíacos.
Vamos paso a paso para entender por qué este hallazgo es tan importante y qué podemos hacer para cuidar mejor el corazón durante la menopausia.
¿Qué son exactamente los sofocos?
Imagina que estás en una sala fría y, de repente, sientes como si alguien encendiera una estufa interna. Tu cara se enrojece, comienzas a sudar, el corazón se acelera y puede que incluso sientas ansiedad o escalofríos. Así se manifiestan los sofocos, conocidos en términos médicos como síntomas vasomotores (VMS).
Ocurren en aproximadamente el 80% de las mujeres que atraviesan la menopausia. No son eventos aislados: pueden presentarse entre 4 y 5 veces al día, durante unos siete años. En casos más severos, pueden extenderse hasta nueve años.
¿Qué tiene que ver esto con el corazón?
La menopausia no solo implica el fin de la fertilidad; también es una etapa de cambios profundos en el cuerpo. Uno de ellos es el aumento del riesgo cardiovascular, que se relaciona con la caída de los niveles de estrógenos, cambios en la distribución de la grasa corporal y un aumento del colesterol LDL, también conocido como colesterol «malo».
Este contexto ya nos indica que el corazón necesita más cuidados durante esta etapa. Pero el nuevo estudio agrega una capa más a esta historia.
Lo que revela el estudio sobre sofocos y enfermedades cardíacas
Investigadores analizaron datos de más de 3.000 mujeres durante un periodo de 22 años como parte del estudio longitudinal Study of Women Across the Nation (SWAN). Cada participante reportó con qué frecuencia experimentaba sofocos y cualquier evento cardíaco que pudiera haber ocurrido.
Los resultados fueron claros:
- Las mujeres que presentaban sofocos frecuentes al inicio del estudio tenían un 50% más de riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Si los sofocos persistían durante varios años, el riesgo aumentaba a un 77%.
Este vínculo se mantuvo incluso cuando se ajustaron variables como edad, nivel educativo, situación financiera o uso de terapia hormonal.
¿Por qué ocurre esta conexión?
Aunque aún no hay una respuesta definitiva, algunos indicios apuntan a que quienes sufren sofocos tienden a tener niveles más altos de colesterol total, LDL, triglicéridos y otros marcadores relacionados con enfermedades del corazón. También se ha observado una relación con mayor resistencia a la insulina, lo que agrava aún más el riesgo cardiovascular.
Es decir, los sofocos podrían no ser solo una molestia, sino una alerta temprana de que algo más profundo está ocurriendo en el cuerpo.
Factores sociales que también influyen
No todas las mujeres enfrentan los sofocos de la misma manera. El estudio encontró que:
- Las mujeres negras eran más propensas a reportar sofocos frecuentes.
- También lo eran aquellas con menos acceso a educación o recursos económicos.
Esto pone sobre la mesa la importancia de entender cómo el contexto social y económico influye directamente en la salud, y por qué es clave ofrecer soluciones personalizadas y accesibles para todas.
¿Cómo proteger tu corazón en esta etapa de la vida?
Aunque los resultados del estudio pueden sonar alarmantes, también son una oportunidad para actuar con anticipación. Aquí algunas estrategias prácticas y respaldadas por la ciencia para cuidar tu salud cardiovascular durante la menopausia:
1. Muévete todos los días
No necesitas correr maratones. Basta con caminar, bailar, nadar o hacer cualquier actividad física que disfrutes. Un estudio reveló que las mujeres que queman más de 500 calorías a la semana haciendo ejercicio (lo equivalente a una hora de trote) tienen 73% menos riesgo de enfermedades cardíacas.
Y si puedes incorporar entrenamiento de fuerza (pesas o ejercicios de resistencia), mejor aún: también ayuda a controlar el colesterol y la glucosa en sangre.
2. Evita el tabaco
El cigarrillo no solo daña los pulmones, también está vinculado a un aumento significativo en la frecuencia de sofocos. Las fumadoras tienen un 60% más de probabilidad de sufrir síntomas vasomotores que las no fumadoras.
3. Incorpora suplementos clave para el corazón
Aunque la alimentación debe ser la base de cualquier estrategia de salud, algunos suplementos pueden brindar un impulso adicional. Entre los más recomendados:
Omega-3, por sus efectos antiinflamatorios y protectores del corazón.
CoQ10, que mejora la producción de energía celular.
Resveratrol, un antioxidante que también podría apoyar la salud vascular.
Ácido fólico metilado, especialmente útil si tienes una variante genética (MTHFR) que afecta la absorción del folato.
Consulta siempre con un profesional de salud antes de iniciar cualquier suplemento.
Escucha a tu cuerpo
La menopausia es una etapa de transformación que merece atención y cuidado. Si los sofocos se presentan con frecuencia, no los ignores ni los normalices. Pueden ser el primer signo de que tu corazón necesita cuidados especiales.
Aprovecha este momento para establecer rutinas más saludables, pedir ayuda médica si lo necesitas, y hablar abiertamente sobre los síntomas que estás viviendo. Tu salud cardiovascular no solo es importante para vivir más años, sino para vivirlos con calidad.