Imagínate retroceder en el tiempo unos 13.000 años, cuando la humanidad apenas comenzaba a desarrollar las primeras formas de organización social y cultural. En ese contexto, un grupo de personas en lo que hoy es Turquía decidió tallar un calendario en una piedra, no para programar reuniones o eventos, sino para entender y predecir los ciclos de la luna y el sol. Este hallazgo, realizado en el famoso sitio arqueológico de Göbekli Tepe, no solo nos ofrece una ventana a la mente de nuestros antepasados, sino que también pone en evidencia lo avanzada que era su comprensión del mundo que los rodeaba.