En Estonia, país del norte de Europa ligeramente poblado, es brindada una interesante opción a la hora de las elecciones parlamentarias: El voto desde Internet, con la posibilidad de valerse de un smartphone para verificar la identidad del votante.
No es nueva la idea en el país pero se expande la noticia por la época electoral que le ocupa por estos días, porque cientos de votantes comparten su experiencia con la última versión del sistema y porque ahora hasta su actual primer ministro enseña en video cómo es de seguro, rápido y sencillo el utilizar esta nueva opción democrática incluso desde la comodidad de sus hogares:
En VentureBeat le referencian como la “democracia más avanzada en la tierra”, y no es para menos pues uno o dos minutos, como algunos de sus ciudadanos tuitean, son suficientes para llevar a cabo la elección de sus representantes preferidos.
Eso sí, la clave de tal maravilla es su sistema de identificación nacional que posibilita el verificar su existencia tanto con el chip de su ID físico -con un pequeño lector- así como con sus móviles, de tal manera que es bastante seguro y trivial el confirmar la identidad y recurrir al sencillo proceso de votación ejecutado desde una simple aplicación que se instala en el sistema operativo de una laptop.
Claro, queda la duda: ¿Y por qué no se hace uso del mismo sistema en otros países más «avanzados»? En un artículo de MIT Technology Review, también referenciado por VentureBeat, lo explican de una forma muy clara, pero esencialmente es porque países como Estados Unidos consiguen ser tan poderosos y evolucionados técnicamente que ese mismo detalle convierte su democracia en algo altamente vulnerable.