Se suele decir que la gente no aprende hasta que no le tocan el bolsillo. Y puede ser una manera de aprender, e incluso puede ser una forma de incentivo para hacer las cosas correctamente y evitar perder dinero. Pero en el caso de Beeminder es diferente, ya que es el propio usuario el que se propone sus propias metas y se compromete a seguirlas periódicamente para evitar ser penalizado económicamente.
Beeminder sigue la estela de servicios como stickK o GymPact. En el caso de Beeminder, el usuario deberá informarle periódicamente con la información que le solicita según el tipo de objetivo planteado, generándose su gráfica de evolución, en la que hay representado un camino que simboliza el camino recto hacia el cumplimiento de dicho objetivo. Si el usuario va recto sobre ese camino, el servicio no le costará dinero.
En caso de que se desvíe de su objetivo, cada vez que vuelva a comenzar, el coste será cada vez más caro. Claro que siempre tendrá la oportunidad de retirarse de hacer el seguimiento del objetivo planteado si no le merece la pena, y el cobro contará siempre con el consentimiento del propio usuario, según informa la propia página.
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