La transición hacia tecnologías más ecológicas está en pleno auge, y el reciclaje de baterías de iones de litio es un desafío crucial para garantizar un futuro sostenible. Investigadores de la Universidad de Leicester han desarrollado un innovador método para extraer materiales valiosos de baterías usadas utilizando una combinación de agua y aceite de cocina, lo que podría cambiar radicalmente la industria del reciclaje.
Un problema creciente: baterías desechadas y su impacto ambiental
Las baterías de iones de litio son fundamentales para los dispositivos electrónicos y los vehículos eléctricos (EVs). Sin embargo, cuando estas baterías llegan al final de su vida útil, su reciclaje es un proceso complejo y costoso. Actualmente, se utilizan métodos que incluyen la combustión de materiales indeseados o el uso de ácidos altamente corrosivos, lo que genera un alto impacto ambiental y económico.
Con más de 40 millones de EVs y aproximadamente 10.000 millones de dispositivos electrónicos activos en el mundo, encontrar una solución eficiente y ecológica para el reciclaje de baterías es esencial.
El innovador método con aceite de cocina
Los científicos, liderados por el profesor Andy Abbott y el Dr. Jake Yang dentro del proyecto ReLiB de la Faraday Institution, han desarrollado una técnica pionera para recuperar metales de grado de batería de la denominada «masa negra», un subproducto del triturado de baterías usadas. Su estudio ha sido publicado en la revista RSC Sustainability.
El proceso utiliza nanoemulsiones de aceite en agua, donde diminutas gotas de aceite de cocina se generan mediante ultrasonidos. Estas nano-gotas se adhieren a las partículas de grafito, separándolo de los valiosos óxidos metálicos de litio, níquel y cobalto. El grafito, al unirse con el aceite, forma conglomerados que flotan en el agua y pueden retirarse fácilmente, dejando atrás los metales esenciales intactos.
Ventajas sobre los métodos tradicionales
Los métodos actuales de reciclaje utilizan altas temperaturas y productos químicos agresivos, lo que destruye la estructura cristalina de los materiales y aumenta el costo del proceso. En cambio, la técnica de nanoemulsiones:
- Funciona a temperatura ambiente, reduciendo el consumo energético.
- No usa productos químicos peligrosos, evitando daños ambientales.
- Mantiene la estructura cristalina de los metales, lo que permite su reutilización directa en nuevas baterías.
- Es rápida y de bajo costo, facilitando su escalabilidad industrial.
Hacia un futuro sostenible en la economía circular
Este nuevo enfoque permite un reciclaje en bucle corto, es decir, recuperar materiales con la misma calidad que tenían originalmente sin necesidad de reprocesarlos por completo. Esto no solo reduce costos, sino que también minimiza la huella de carbono de la cadena de suministro de baterías.
La Universidad de Leicester colabora con la Universidad de Birmingham en el proyecto ReBlend, financiado por InnovateUK, con el objetivo de escalar esta tecnología y demostrar su viabilidad económica.
Desde WWWhatsnew, creemos que este tipo de innovaciones son fundamentales para hacer realidad un futuro más sostenible. El reciclaje de baterías es una de las grandes preocupaciones en la revolución de la movilidad eléctrica, y este método podría ser un paso clave hacia una economía circular real. Además, el uso de materiales tan comunes como el aceite de cocina demuestra que soluciones ingeniosas pueden provenir de los lugares más inesperados.
Sin embargo, queda por ver cuán rápido y efectivo será escalar esta tecnología para su aplicación industrial. La colaboración entre universidades, gobiernos e industria será clave para convertir esta innovación en un estándar global.