Slack ha lanzado herramientas de inteligencia artificial generativa para grandes empresas, aunque aún no ha revelado los detalles sobre su precio. Es un movimiento intrigante, especialmente en un mercado donde cada vez más aplicaciones de trabajo digital están integrando capacidades de IA para mejorar la productividad y la eficiencia en los flujos de trabajo.
Para quienes no estén al tanto, Slack es una plataforma líder en comunicación y colaboración en el entorno laboral, y su decisión de incorporar IA generativa apunta a revolucionar la manera en que interactuamos con la información dentro de nuestras organizaciones. Las nuevas características incluyen búsqueda potenciada por IA, resúmenes de canales y resúmenes de hilos, todas diseñadas para facilitar el acceso a la información y mejorar la comprensión de las discusiones en curso. La promesa es clara: transformar el vasto corpus de conocimientos de una organización en un recurso aún más valioso y accesible.
Este tipo de innovaciones son cruciales. No solo porque simplifican la búsqueda de información relevante, sino porque también potencian la productividad al ahorrar a los usuarios un promedio de 97 minutos a la semana, según pruebas iniciales con clientes de Slack. Este ahorro de tiempo es significativo y puede traducirse en mejoras tangibles en la eficiencia operativa de las empresas.
Sin embargo, el silencio en torno al tema del precio es notable. Slack ha optado por ofrecer estas herramientas de IA como un complemento de pago para los planes Enterprise Grid, pero aún está por verse cómo se estructurará esta tarificación. En un entorno donde competidores como Microsoft y Google también están implementando asistentes basados en modelos de lenguaje de gran tamaño (LLMs), la estrategia de precios de Slack podría influir significativamente en su competitividad y adopción.
Pero, como siempre en el ámbito de la IA, existen desafíos. Slack está consciente de los riesgos de generar información incorrecta, conocidos como «alucinaciones» en términos de IA, y ha tomado medidas para mitigarlos, como citar fuentes en los resúmenes y ofrecer mecanismos de retroalimentación.