Tocamos ahora terreno pantanoso al mezclar tecnología, IA, con problemas de salud mental, algo que ya hemos visto en el pasado con el tratamiento y el diagnóstico de la depresión usando Inteligencia Artificial.
En este caso os presento al proyecto Sensay, una propuestaque busca mejorar la calidad de vida de las personas con demencia. Sensay utiliza la inteligencia artificial para crear réplicas digitales de personas, capturando su esencia a través de recuerdos, historias y personalidades.
La iniciativa de Sensay surge de una profunda comprensión de los retos que enfrentan aquellos que viven con demencia y sus seres queridos. La plataforma busca replicar digitalmente a las personas afectadas, no como un mero ejercicio de memoria, sino como una forma de mantener viva su esencia. Esto se logra a través de Athena, una IA personal diseñada para conversar, aprender y recordar, actuando como un biógrafo digital que teje la narrativa de la vida del usuario.
El proyecto no solo se enfoca en los pacientes sino que también se extiende a sus familias, ofreciendo consuelo y un puente hacia los recuerdos compartidos.
Detrás de Sensay hay un equipo comprometido con la tecnología y la humanidad, liderado por Dan Thomson. La misión del proyecto es clara: utilizar la inteligencia artificial para ofrecer conexión y continuidad en las vidas de aquellos afectados por la pérdida de memoria. Este enfoque personalizado permite adaptar el cuidado a las preferencias y personalidad del paciente, facilitando una comunicación más efectiva y empática.
Desde mi perspectiva, Sensay representa un ejemplo palpable de cómo la tecnología podría en un futuro servir a necesidades humanas profundas, como la necesidad de recordar y ser recordado, aunque creo que aún estamos lejos de llegar a poder crear una réplica como la que anuncian en Sensay.
Si bien la idea de replicar digitalmente a un ser querido puede generar debates éticos, es innegable el consuelo y la esperanza que proyectos como este pueden ofrecer a las familias, aunque también puede generar el efecto inverso.
La tecnología en el cuidado de la salud, especialmente en el tratamiento de la demencia, es un campo que requiere de innovaciones sensibles y adaptadas a las complejidades humanas. Seguramente veremos muchos proyectos semejantes durante los próximos años.