Si habéis trasteado con Midjourney, sabréis que es posible imitar el estilo de cualquier artista en la plataforma.
Podemos enviar un prompt del estilo:
«Wonder Woman luchando con Zombies al estilo Luis Royo»
O «Cthulhu by Kurosawa»
O una «dos guerreras by HR Giger», ilustración que podéis ver arriba.
O muchos otros ejemplos que pueden encontrarse a diario en estas plataformas.
Los resultados son siempre sorprendentes, y son únicos, no han sido diseñados por los artistas indicados en el prompt, pero su estilo es inconfundible, y eso está trayendo muchos problemas últimamente.
En este artículo, exploraremos la lucha que han emprendido los artistas contra este tipo de tecnología, las implicaciones que tiene y las posibles soluciones.
La indignación de los artistas
En el mundo del arte, la creatividad y la originalidad son valores fundamentales. Sin embargo, con la llegada de la AI generativa, se han creado programas que pueden imitar los estilos de los artistas, incluso de manera más rápida y eficiente de lo que los propios artistas podrían hacerlo. Esto ha generado una gran indignación en la comunidad artística, que se siente violada en sus derechos de autor.
La lucha legal
Ante esta situación, un grupo de artistas, encabezado por Sarah Andersen y Karla Ortiz, han presentado una demanda colectiva contra tres modelos de AI generativa (DreamUp, Midjourney y Stable Diffusion) que utilizan imágenes encontradas en línea para crear nuevas obras de arte. El objetivo de la demanda es establecer un precedente legal que proteja los derechos de autor de los artistas y establezca reglas claras para el uso de este tipo de tecnología.
Compensación y permisos
Uno de los principales reclamos de los artistas es que se establezcan mecanismos para asegurar su consentimiento y compensación cuando se utilizan sus obras para entrenar los programas de AI generativa. Una posible solución sería la creación de un modelo de licencias, que permita a los artistas recibir una compensación justa por el uso de sus obras en este tipo de tecnología. También se pide que se establezca la posibilidad de retirar las obras utilizadas, si así lo desean los artistas.
El dilema ético
Más allá de los aspectos legales y económicos, hay un dilema ético que debe abordarse en relación con la AI generativa. ¿Es ético que una máquina pueda imitar el estilo y la creatividad de los artistas humanos? ¿Es la AI generativa una amenaza para la creatividad y la originalidad de los artistas? Estas son preguntas complejas que requieren una reflexión profunda y un debate honesto.
La lucha de los artistas contra la AI generativa es un reflejo de los desafíos que plantea la tecnología en nuestra sociedad actual. Es necesario que se establezcan reglas claras y justas para proteger los derechos de autor y la creatividad de los artistas, pero también es importante que se reflexione sobre el impacto ético y social de la tecnología en general. La creación de AI generativa que puede imitar los estilos de los artistas es solo un ejemplo de cómo la tecnología puede afectar a una industria en particular, pero hay muchos otros ejemplos de cómo la tecnología puede tener implicaciones negativas o positivas en diferentes ámbitos de la sociedad.