El cuerpo humano desprende energía en diferentes acciones que realiza a lo largo del día, una de ellas caminar. Es a partir de esta simple actividad que un grupo de científicos tomaron la iniciativa de crear un método que les permitiera sacar provecho de la energía generada de los pasos dados por las personas al caminar sobre un revestimiento de madera para suelos.
En específico, un equipo liderado por Guido Panzarasa, miembro de Laboratorios Federales Suizos para Ciencia y Tecnología de Materiales (EMPA por sus siglas en inglés), se dio a la tarea de crear un nanogenerador con la finalidad de hacer que la madera pueda generar energía a partir de las pisadas que reciba su superficie.
Así también, los científicos, usaron un recubrimiento combinado de silicona y nanocristales incrustados para mejorar la madera usada en su nanogenerador, dando como resultado un dispositivo con una eficiencia 80 veces superior a la de la madera sin tratar.
Se estima que la electricidad generada por esta madera tiene la capacidad para energizar bombillas LED, así como aparatos electrónicos de pequeño tamaño.
Para transformar la madera en un nanogenerador, lo primero que hizo el equipo fue alternar dos trozos de madera acondicionada entre los electrodos. Cabe mencionar que estos trozos de madera se cargan eléctricamente del mismo modo en que ocurre con la ropa cuando es recién secada dentro de una secadora.
En este caso, la carga se produce como resultado de los contactos y separaciones periódicas activados por las pisadas, dando paso así a un fenómeno conocido como efecto triboeléctrico.
Pese a que los electrones pueden generar electricidad pasando de un objeto a otro, para los científicos crear un nanogenerador a partir de madera representó un proyecto más difícil de lo que se pensaba.
Cuando se trata de la madera, esta es un material básicamente triboneutral, es decir, su estructura no resulta propensa a concentrar o liberar neutrones, lo cual reduce las posibilidades de la misma para producir electricidad.
Esta particularidad obligó al equipo de Panzarasa a fabricar madera y dotarla con la cualidad de atraer y perder electrones. Para ello, procedieron a recubrir una pieza de madera con una capa de silicona que gana electrones al contacto y otra pieza con ZIF-8, un tipo de nanocristales propenso a liberar electrones.
Después, hicieron que una persona caminara sobre el parqué logrando al final generar la electricidad suficiente para encender una bombilla.