La impresión 3D ha dado muchas alegrías en mucho sectores. La medicina, la construcción y el ocio en general se han visto beneficiadas por la posibilidad de crear en poco tiempo, y de forma económica, objetos personalizados que hasta hace pocos años eran imposibles de construir.
Ahora el reto es conseguir imprimir con materiales únicos, no solo con plástico. Ya hemos visto que se pueden usar materiales para construir casas, o para crear prótesis, o incluso con tejido orgánico, pero es la primera vez que vemos cómo se pueden imprimir imanes.
Los físicos de la Universidad Federal de los Urales, en Rusia, han conseguido imprimir sistemas magnéticos y elementos magnéticos blandos con una impresora 3D. Las muestras hechas con esta impresora pueden ser útiles en casi cualquier campo, desde la medicina hasta el espacio. Por ejemplo, puede ser utilizado por asistentes quirúrgicos robóticos para destapar arterias y venas. Ahora los científicos están decidiendo qué tipo de imanes comenzarán a imprimir primero.
Son imanes basados en compuestos de samario o cobalto que se pueden usar desde en submarinos a estaciones espaciales o barcos. Es decir, en aquellas áreas donde hay cambios de temperatura muy fuertes y son necesarios imanes con propiedades especiales en términos de estabilidad.
También podrán imprimirse imanes basados en una aleación de neodimio, hierro y boro, que funcionan a temperaturas normales. Estos imanes se utilizan en teléfonos inteligentes, unidades de disco duro y sensores de motores de automóviles.
Uno de los objetivos es crear pequeños imanes, y lo hacen gracias a una impresora que puede imprimir a partir de polvos metálicos, usadas en organizaciones de investigación y desarrollo. Alteran los polvos metálicos utilizando tecnologías de fusión selectiva por láser y sinterización selectiva, también por láser. En el primer caso, las partículas de polvo se vuelven a fundir por completo, en el segundo, se derriten ligeramente cerca de la superficie.
Aunque aún falta tiempo (seguramente años) para que esta tecnología esté asequible en todo el mundo, el poder crear imanes de cualquier tamaño con cualquier forma podrá revolucionar el mundo de la ingeniería.