No solo es Estados Unidos quien investiga el monopolio de Facebook o de Google, otros países están haciendo algo semejante con sus gigantes tecnológicos.
Es el caso de China con Alibaba, una investigación antimonopolio que se ha anunciado hoy jueves y que ha hecho que las acciones del gigante del comercio electrónico se desplomara (cayeron un 8,6 por ciento a un mínimo de cinco meses en Hong Kong por la noticia) e intensificara los problemas de su fundador multimillonario Jack Ma.
Es una presión conocida sobre una de las empresas más influyentes de China y sobre Ma, una de las personas más ricas del país, con una fortuna estimada en 58.000 millones de dólares.
Están investigando a Alibaba por «presuntas prácticas monopolísticas», según la Administración Estatal de Regulación del Mercado, y Alibaba ha respondido de la única forma posible: «cooperaremos activamente con los reguladores en la investigación».
Una de las preocupaciones de China es la filial de servicios financieros Ant Group, conocida por su producto principal Alipay, una plataforma de pagos en línea muy arraigada en la economía de China que se ha expandido para ofrecer préstamos, crédito, inversiones y seguros a cientos de millones de consumidores y pequeñas empresas, lo que ha provocado temor y celos en un sistema bancario muy controlado.
Jack Ma fue profesor, y criticó en su momento al sistema financiero de China, llamando a los bancos estatales «casas de empeño», lo que le trajo algunos problemas con el gobierno.
Richard McGregor, investigador principal para Asia Oriental en el Instituto Lowy en Sydney, dijo en AFP:
Hay un mensaje político subyacente, que ninguna empresa, ni ningún individuo, puede crecer tanto en China hasta el punto en que potencialmente puedan desafiar la autoridad del PCCh.
Seguramente ahora su entorno regulatorio se parecerá más al de un proveedor de servicios financieros y menos al de una empresa de tecnología, su crecimiento se desacelerará y su valoración de mercado disminuirá.