Científicos del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT han desarrollado una superficie inteligente para la entrega óptima de la conectividad inalámbrica a los dispositivos electrónicos en espacios interiores sin necesidad de incrementar el número de antenas tanto en los transmisores como a los receptores, siendo en un número creciente de casos completamente inviables dado el tamaño reducido de los propios dispositivos, a lo que se le seguirán sumando un número mayor de dispositivos electrónicos de reducidas dimensiones pertenecientes al segmento del Internet de las Cosas.
Esta superficie inteligente, llamada RFocus, es una superficie bidimensional que consta de unas 3.000 antenas, que serán encargadas de maximizar la señal para llevarlas a los dispositivos electrónicos de forma adecuada, gestionadas a través de un controlador por software, mejorando la potencia de la señal casi 10 veces.
Lo mejor de todo es que además de mejorar la señal, esta solución es de muy bajo coste, ya que, según indican, cada antena tan sólo tiene un coste de unos pocos centavos, que además consumen muy poca energía, ya que prácticamente no realizan ninguna amplificación, en comparación con un sistema convencional, que sería muy prohibitivo o de alto consumo energético.
Acorde a MIT News:
RFocus es una superficie bidimensional compuesta de miles de antenas que pueden dejar pasar la señal o reflejarla. El estado de los elementos lo establece un controlador de software que el equipo desarrolló con el objetivo de maximizar la intensidad de la señal en un receptor.
Para Hari Balakrishnan, profesor del MIT y autor principal de un documento sobre RFocus, que presentará el próximo mes de marzo en el Simposio USENIX sobre Diseño e Implementación de Sistemas en Red (NSDI) en Santa Clara, California:
El objetivo principal aquí era explorar si podemos usar elementos en el entorno y organizarlos para dirigir la señal de una manera que realmente podamos controlar (…) Si desea tener dispositivos inalámbricos que transmitan a la potencia más baja posible, pero que le den una buena señal, esta parece ser una forma extremadamente prometedora de hacerlo»
Por su parte, Venkat Arun, estudiante de doctorando, añade que:
El mayor desafío fue determinar cómo configurar las antenas para maximizar la intensidad de la señal sin usar sensores adicionales, ya que las señales que medimos son muy débiles (…) Terminamos con una técnica que es sorprendentemente robusta.
Si bien no son los primeros en apostar por la utilización de un entorno externo, sí que su solución pretende ser tener un enfoque más económico que permita su uso en un mayor número de escenarios.
Crédito de la imagen: MIT News