Para distribuir archivos en redes P2P, estén protegidos por derechos autorales o no, es necesario que algunas personas decidan compartirlos desde el ordenador. En este caso no hay un servidor central que almacene toda la información en espera de visitantes que los descarguen, ya que los archivos viajan siempre entre ordenadores individuales, siendo siempre necesaria la existencia de «voluntarios» dispuestos a compartir el material.
Es cierto que, en la mayoría de los casos, mientras bajamos un archivo ya lo estamos compartiendo con otros, pero siempre tiene que haber un primero, y eso no es fácil de encontrar.
Ahora, con la moda de las criptomonedas, cada vez más sitios de distribución de torrents están implementando una solución que permite minar bitcoins usando el ordenador de las personas que bajan los archivos, pero también hay soluciones que realizan un proceso más justo: los usuarios que suben archivos pueden minar bitcoins usando el ordenador de quienes los bajan.
La decisión de minar está completamente bajo el control del usuario, con botones para iniciar o detener la minería. Comentan en TF que incluso hay controles adicionales para definir cuántos subprocesos de CPU se deben usar por parte de los usuarios que bajan el contenido.
Este sistema de rastreo permite a los usuarios «minar» al donar ancho de banda a otros usuarios del sitio, aunque los bitcoins generados solo se pueden gastar en el sitio para poder bajar contenido, una especie de moneda gracias a la cual no se podrán bajar archivos si no se han subido otros, controlado siempre por la minería de criptomonedas. Si alguien quiere bajar archivos, y no tiene recursos para subir nuevos y conseguir crédito, podrá pagar con dinero real (bitcoins) para poder obtener el derecho.
Ahora que el mundo bitcoin ha encontrado una parada en el mundo Torrent, las ideas comenzarán a reproducirse sin parar.