Tal y como hemos podido leer en un artículo publicado en el Financial Times por Richard Allen (vicepresidente de relaciones públicas de Facebook), la presión a la que los reguladores europeos están sometiendo a Facebook podría causar la llegada tardía a Europa de nuevas características de la red social, incluso siendo posible que algunas de ellas no lleguen nunca.
Estas declaraciones están relacionadas con las presiones que en Facebook están recibiendo durante las últimas semanas por los distintos reguladores de varios países de la Unión Europea. La razón es que los reguladores solicitan a la red social que ofrezca explicaciones acerca de la forma en la que trata la información privada de los usuarios en plataformas como Facebook, Instagram o WhatsApp. Al parecer, en Facebook no les habrían sentado muy bien estas exigencias y no verían conveniente compartir esta información. De hecho, afirman que cumplen de forma rigurosa con la legislación irlandesa, donde la red social tiene su sede europea.
Por ello, Facebook se enfrenta a problemas en distintos países europeos, como Francia, España, Países Bajos, Alemania y Bélgica, cuyos reguladores estarían abriendo distintas investigaciones. La red social afirma que debería ser suficiente cumplir con la legislación de un país perteneciente a la Unión Europea, excusándose en que si tuviesen que cumplir con las exigencias de cada uno de los países donde la red social opera, supondría un aumento de costes y una reducción de la frecuencia con la que incorporan nuevas funciones a sus servicios. Para explicar este punto de vista, Richard Allen utiliza una analogía relacionada con el sector de la automoción, afirmando que «si un coche fabricado en Francia o Alemania tuviese que cumplir con los distintos requerimientos técnicos en Polonia o España, los fabricantes europeos de vehículos se enfrentarían a serios desventajas. BMW, Jaguar y Renault podrían no ser las historias de éxito internacionales que son hoy en día».
Por el momento, habrá que esperar para ver cómo responden los reguladores a esta declaración de intenciones.
Fuente: Financial Times.