Kodak ha sorprendido al sector fotográfico con el anuncio del lanzamiento de Kodacolor 100 y Kodacolor 200, dos nuevas películas en color que llegan con un detalle clave: la empresa ha decidido encargarse directamente de su distribución, por primera vez en más de una década. Este cambio marca una nueva etapa en el panorama de la fotografía analógica, que ha venido experimentando un resurgimiento notable en popularidad, especialmente entre los más jóvenes.
Del legado a la acción: un cambio de modelo tras años de dependencia
Desde 2012, tras la reestructuración que siguió a su proceso de bancarrota, Kodak había delegado la distribución de sus películas en Kodak Alaris. Esta separación corporativa implicó que, aunque Kodak continuaba fabricando películas, no tenía el control sobre cómo ni a qué precio llegaban a las tiendas. Con el lanzamiento de Kodacolor 100 y 200, la empresa toma nuevamente el timón para gestionar el flujo de producto directamente, eliminando al intermediario.
Este giro tiene implicaciones profundas: significa que Kodak ahora podrá responder de forma más ágil a la demanda, estabilizar los precios y mejorar el acceso a sus productos. La falta de disponibilidad de película y el aumento desproporcionado de precios se habían convertido en un obstáculo para muchos entusiastas y profesionales.
¿Nuevas películas o renombramiento estratégico?
Aunque los nombres puedan sugerir emulsiones completamente nuevas, en realidad, los productos Kodacolor se basan en fórmulas existentes. Según Kodak, estos rollos son «submarcas de películas Kodak ya conocidas». Diversos expertos y fotógrafos que han analizado las imágenes de muestra coinciden en que Kodacolor 100 se asemeja a ProImage 100 y Kodacolor 200 a ColorPlus 200. Esta estrategia de renombramiento busca refrescar la oferta y hacerla más accesible, especialmente para quienes recién se inician en la fotografía química.
No se trata simplemente de un cambio de etiqueta. Hay una intención clara de reposicionar productos clásicos bajo una narrativa más fresca y comercialmente atractiva, sin tener que invertir en el costoso y complejo proceso de desarrollar nuevos stocks desde cero.
Un precio pensado para atraer a nuevos públicos
Uno de los aspectos más atractivos de Kodacolor 100 y 200 es su precio. Kodak ha anunciado que se venderán por alrededor de 9 dólares el rollo, lo que los sitúa como opciones asequibles frente a otros productos del mercado. En un contexto donde el precio de la película a color ha aumentado en más de un 50% desde 2020 —e incluso se ha duplicado en algunos casos—, esta nueva línea representa una puerta de entrada amigable para quienes quieren experimentar con lo analógico sin romper el presupuesto.
La empresa busca captar tanto a los nostálgicos que crecieron con la fotografía en película como a una nueva generación de usuarios que ha redescubierto el placer de disparar sin pantalla, con una estética y ritmo distintos al de los smartphones.
Más película, menos esperas: la clave está en Rochester
El relanzamiento no sería viable sin la modernización de las instalaciones de Kodak en Rochester, Nueva York. Gracias a una ampliación de capacidad productiva en su planta histórica, la empresa está en posición de abastecer mejor el mercado. Este aumento de producción, combinado con la distribución directa, promete reducir los tiempos de espera y aliviar la escasez que ha afectado a tiendas y laboratorios en años recientes.
Así, Kodak no solo amplía su catálogo, sino que también busca restablecer su relación directa con la comunidad fotográfica, recuperando el prestigio que tuvo durante décadas.
El contexto detrás del regreso de la película
Este movimiento se da en un momento donde la fotografía analógica ha dejado de ser una rareza para convertirse en una tendencia cultural con peso propio. Desde influencers que promueven el look vintage hasta fotógrafos profesionales que valoran el grano y el color de la emulsión química, el interés por los negativos está en auge. Plataformas como Instagram y TikTok han servido de escaparate para este resurgir, con tutoriales, reseñas y comparativas que alimentan el entusiasmo de una comunidad cada vez más amplia.
Kodak, al tomar control total del producto y su distribución, está dando una respuesta concreta a esta nueva demanda. En lugar de dejar el protagonismo a marcas más pequeñas o alternativas digitales, reafirma su posición como referente indiscutible de la fotografía tradicional.
Un movimiento con visión a largo plazo
Aunque aún está por verse cómo evolucionará esta nueva estrategia, queda claro que Kodak está pensando más allá del corto plazo. Apostar por una cadena de suministro más eficiente, una imagen renovada y precios competitivos puede allanar el camino para una consolidación del film como nicho activo y rentable.
No es simplemente un gesto nostálgico: es un intento serio por revitalizar una práctica fotográfica que ofrece una experiencia distinta, más pausada y consciente. En tiempos donde todo es inmediato, volver a lo analógico puede ser una forma de reconectar con lo esencial.
