Techos verdes: una estrategia urbana contra los microplásticos en ciudades como Shanghái

Publicado el

representa-la-estrategia-urbana-contra-los-microplasticos-conocida-como-techos-verdes.

Los microplásticos —esas partículas de plástico más pequeñas que un grano de arroz— están por todas partes: en el aire, en el agua, en nuestros alimentos y, como ha revelado recientemente la ciencia, hasta en nuestro cuerpo. Uno de sus principales vehículos de distribución es la lluvia. Cada vez que cae agua del cielo en una ciudad densamente urbanizada como Shanghái, estas diminutas partículas contaminantes llegan al suelo, los ríos y, eventualmente, a los océanos.

Pero un estudio de la Universidad de Tongji, en colaboración con la Academia de Ciencias y Planificación del Paisaje de Shanghái, ha encontrado una posible solución eficaz y natural: los techos verdes.

¿Qué son los techos verdes y cómo pueden ayudar?

Un techo verde es una estructura vegetal instalada sobre edificios que, además de embellecer el entorno urbano, ofrece beneficios ambientales como el aislamiento térmico, la reducción del efecto isla de calor y la purificación del aire. Ahora, gracias a esta investigación, se suma una función más: filtrar microplásticos del agua de lluvia.

En un experimento que simuló lluvias con niveles de contaminación similares a los de Shanghái, los investigadores instalaron techos verdes con distintos tipos de plantas y midieron la cantidad de microplásticos que quedaban atrapados. El resultado fue sorprendente: hasta un 97,5% de las partículas presentes en el agua de lluvia fueron retenidas por el sistema del techo verde, especialmente en la capa de suelo.

Plantas, suelo y lluvia: una alianza inesperada

El estudio no solo se limitó a ver cuántos microplásticos se eliminaban, sino también cómo y dónde quedaban atrapados. Aunque algunas partículas se acumulaban en las hojas, la mayoría se depositaba en el suelo del techo verde, lo cual sugiere que este es el componente clave en la filtración.

Además, se observó que la eficiencia del sistema mejoraba cuando la intensidad de la lluvia era mayor. Es decir, a mayor volumen de agua, mayor era la cantidad de microplásticos atrapados. En otras palabras, cuando más se necesita la ayuda del techo verde, más útil resulta ser.

El caso de Shanghái: un potencial enorme

Actualmente, Shanghái cuenta con unos 3,5 millones de metros cuadrados de techos verdes. Según los cálculos del estudio, si se extendiera esta estrategia a todos los edificios de la ciudad, se podrían capturar hasta 56,2 toneladas métricas de microplásticos al año. Para ponerlo en perspectiva, es como evitar que más de 2 millones de botellas de plástico molidas en partículas lleguen al medioambiente cada año.

En una ciudad con problemas crecientes de contaminación y densidad poblacional, esta cifra representa no solo un alivio para el medioambiente, sino también una medida preventiva para la salud pública.

Más allá de Shanghái: una idea aplicable globalmente

Lo interesante de esta propuesta es su escalabilidad. La instalación de techos verdes no es una tecnología exclusiva de países desarrollados ni requiere inversiones millonarias. Ciudades de todos los tamaños y niveles de desarrollo podrían adoptar esta estrategia. Desde escuelas públicas hasta edificios de oficinas o centros comerciales, todos tienen potencial para sumar metros cuadrados verdes al paisaje urbano.

Además, muchos municipios ya cuentan con incentivos para la construcción de techos verdes debido a sus beneficios energéticos. Incorporar el argumento de la filtración de microplásticos puede fortalecer aún más estas políticas.

Microplásticos y salud: una preocupación creciente

Más allá de los beneficios medioambientales, reducir la presencia de microplásticos en las ciudades es también una cuestión de salud. Estudios recientes han detectado microplásticos en tejido cerebral humano, lo que ha encendido las alarmas en la comunidad científica.

Aunque aún no se conocen todos los efectos que estas partículas pueden tener en nuestro organismo, su capacidad para penetrar barreras biológicas y acumularse en órganos es motivo suficiente para tomar medidas urgentes. Los techos verdes se presentan, entonces, como una solución sencilla, ecológica y preventiva para reducir nuestra exposición diaria.

La importancia de invertir en naturaleza urbana

Los resultados del estudio refuerzan una idea que muchos urbanistas y ambientalistas vienen promoviendo hace tiempo: la naturaleza no debe estar relegada a los parques. Integrar elementos naturales en la arquitectura, como techos verdes o muros vegetales, puede generar beneficios mucho más amplios que los meramente estéticos o térmicos.

En este caso, una solución simple como cubrir un tejado con plantas y sustrato adecuado puede tener un impacto directo en la calidad del aire, del agua y de nuestra salud.

Un paso hacia ciudades más limpias y resilientes

Aunque no existe una fórmula única para combatir la contaminación por microplásticos, sí es posible aplicar estrategias que, en conjunto, tengan un efecto significativo. La implementación masiva de techos verdes puede formar parte de un plan integral de infraestructura verde, complementado con sistemas de drenaje sostenible, campañas de concienciación ciudadana y regulación del uso de plásticos.

Shanghái puede servir de modelo, pero el reto es global. Cada ciudad que se anime a ver sus azoteas como espacios útiles para la naturaleza estará contribuyendo a una ciudad más limpia, saludable y habitable.