Desde la llegada de los asistentes virtuales a nuestros hogares, la privacidad ha sido una preocupación recurrente. Ahora, con la implementación de Alexa+, Amazon está llevando esta preocupación a un nuevo nivel. A partir del 28 de marzo, todos los dispositivos Echo enviarán las grabaciones de voz directamente a la nube de Amazon, eliminando la posibilidad de que los usuarios opten por procesar sus solicitudes localmente.
Un cambio que elimina opciones de privacidad
Hasta ahora, los usuarios de Amazon Echo podían configurar sus dispositivos para evitar que sus grabaciones de voz fueran enviadas a Amazon. Sin embargo, un reciente correo electrónico enviado por la empresa ha confirmado que esta opción dejará de existir. La razón que Amazon ofrece para este cambio es la necesidad de aprovechar la potencia de la nube para ejecutar las funciones avanzadas de inteligencia artificial de Alexa+.
Este cambio no solo afecta a quienes deseen suscribirse a Alexa+, sino también a todos los usuarios de Echo. Aunque algunos pueden no estar interesados en la nueva versión del asistente, de igual manera perderán el control sobre dónde se almacenan sus grabaciones de voz.
Privacidad comprometida: antecedentes preocupantes
Esta decisión ha avivado el debate sobre la privacidad, especialmente porque Amazon ya ha enfrentado problemas relacionados con el manejo de datos de los usuarios. En 2023, la compañía fue multada con 25 millones de dólares por almacenar indefinidamente grabaciones de interacciones con niños a través de Alexa. Además, se descubrió que empleados de la empresa podían escuchar fragmentos de grabaciones para mejorar el reconocimiento de voz, algo que generó una fuerte reacción pública.
Otro caso polémico fue el uso de grabaciones de voz como evidencia en juicios penales, lo que ha generado preguntas sobre hasta qué punto los dispositivos Alexa podrían ser utilizados en investigaciones judiciales. Y si esto no fuera suficiente, Amazon también ha enfrentado denuncias por permitir que miles de empleados y contratistas tuvieran acceso a videos capturados por cámaras de seguridad Ring, una empresa subsidiaria de Amazon.
¿Cuál es la alternativa? Perder funciones clave
Para intentar calmar las preocupaciones de privacidad, Amazon asegura que las grabaciones de voz serán eliminadas una vez procesadas. Sin embargo, si un usuario elige la opción de «no guardar grabaciones», perderá la funcionalidad de Alexa Voice ID, la cual permite personalizar respuestas en base a la persona que habla.
Esto significa que los usuarios tendrán que decidir entre sacrificar su privacidad o perder funciones clave de su dispositivo. Antes, Amazon advertía que «si decides no guardar grabaciones, Voice ID podría no funcionar correctamente». Ahora, con la nueva política, no funcionará en absoluto.
Un movimiento estratégico para rentabilizar Alexa
A pesar de las preocupaciones de privacidad, es evidente que Amazon está apostando fuerte por Alexa+ como un intento por hacer rentable su asistente de voz. En el pasado, se ha reportado que Alexa representa pérdidas significativas para la empresa, lo que ha llevado a Amazon a buscar nuevas formas de monetizar la tecnología.
Amazon asegura que mantendrá una versión gratuita de Alexa, pero claramente la versión de pago será el foco de atención. Para lograr que más personas adopten Alexa+, Amazon parece estar eliminando opciones que antes eran valoradas por los usuarios y condicionando el acceso a funciones avanzadas a la aceptación de sus nuevas políticas de privacidad.
¿Qué pueden hacer los usuarios?
Para quienes valoran su privacidad, las opciones son limitadas. Algunos usuarios podrían optar por desactivar Alexa por completo o buscar alternativas de asistentes de voz que prioricen la privacidad, como Mycroft o Apple Siri, que cuenta con mayor procesamiento local en los dispositivos. Otros podrían restringir manualmente el uso de ciertas funciones en la configuración de privacidad de Alexa, aunque esto signifique renunciar a herramientas útiles.
En WWWhatsnew creemos que este es un ejemplo más de cómo las grandes tecnológicas ajustan sus políticas en función de su estrategia comercial, muchas veces a expensas de la privacidad del usuario. Este cambio refuerza la importancia de leer los términos y condiciones antes de utilizar cualquier tecnología que recopile datos personales.