En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha tomado un lugar central en la conversación tecnológica y cultural. Sin embargo, no todos la ven con los mismos ojos: mientras algunos celebran sus avances, otros sienten una inquietud persistente, un temor que parece tener raíces profundas. La experta Laia Grassi, con más de dos décadas de experiencia en industrias creativas y un enfoque innovador en la integración de IA, ofreció un recorrido fascinante sobre por qué tememos a la IA y cómo puede transformar nuestra relación con la creatividad.
¿Por qué tanto miedo?
Laia señala algo importante: el miedo a la IA no es nuevo ni exclusivo de esta tecnología. Desde la Revolución Industrial, hemos temido que las máquinas «nos reemplacen». En este contexto, Hollywood ha alimentado nuestra imaginación con imágenes de robots rebeldes y escenarios distópicos, donde las máquinas superan a los humanos. ¿Quién no ha pensado en Terminator o en los replicantes de Blade Runner al escuchar la palabra «inteligencia artificial»?
Sin embargo, este temor no siempre está fundamentado. Según estudios recientes, aunque la automatización eliminará algunos trabajos, se espera que la IA cree 97 millones de empleos para 2025. Como bien dijo Grassi: «Estamos en el lado bueno de la historia, pero a veces es difícil verlo en el momento presente».
Creatividad en la era de la IA
Uno de los puntos más destacados de la charla fue la redefinición de creatividad en el contexto de la inteligencia artificial. Para Laia, la creatividad es «la capacidad de conectar patrones donde otros no los ven». Si bien tradicionalmente hemos pensado en la creatividad como una habilidad exclusivamente humana, la IA ha demostrado ser una herramienta poderosa para empujar los límites de lo posible.
Ejemplos de su trabajo incluyen campañas publicitarias para marcas globales como Coca-Cola y L’Oréal, donde la IA se utiliza no solo como un medio para crear imágenes llamativas, sino también como un colaborador que amplifica ideas humanas. Desde generar modelos 3D hasta entrenar algoritmos para «pensar» como arquitectos históricos, Grassi muestra cómo la IA puede ser tanto un lienzo como un pincel.
IA y creatividad humana: ¿Aliados o rivales?
Es fácil ver a la IA como un rival creativo. Pero, como argumenta Laia, es más útil considerarla un co-piloto. La IA tiene capacidades únicas, como procesar grandes cantidades de datos rápidamente y conectar patrones complejos. Sin embargo, carece de ciertos aspectos fundamentales de la creatividad humana, como el contexto, la intuición y la conexión emocional.
Por ejemplo, mientras la IA puede generar imágenes y sonidos impresionantes, depende completamente de los datos con los que se entrena. Su falta de empatía y emoción significa que todavía necesita del toque humano para resonar de manera profunda con el público.
En este sentido, la relación entre humanos y IA podría compararse con un dúo musical: cada parte aporta algo único al conjunto. Los humanos aportamos la chispa emocional y el contexto, mientras que la IA ofrece eficiencia y exploración de nuevas fronteras.
Los mitos y la realidad de la IA
Laia también desmintió algunos mitos comunes. La idea de que la IA solo puede crear cosas «plásticas» o poco realistas quedó desmentida con ejemplos tangibles, como proyectos de diseño interior, campañas publicitarias, y hasta la creación de productos completamente nuevos. Por ejemplo, trabajó en el diseño de una línea de ropa desde una simple foto de teléfono, llevando el producto final a un nivel profesional digno de una pasarela.
Además, subrayó que el miedo a la IA a menudo está relacionado con la falta de comprensión. Como sociedad, necesitamos cambiar la narrativa de «miedo al reemplazo» a «oportunidad de colaboración». La historia nos muestra que los avances tecnológicos, desde la máquina de vapor hasta Internet, han creado más trabajos y oportunidades a largo plazo de los que han eliminado.
El futuro es colaborativo
En WWWhat’s New creemos firmemente que la IA no debe ser vista como un enemigo, sino como un socio. Al igual que las herramientas del pasado, su impacto dependerá de cómo la utilicemos. Desde artistas hasta ingenieros, todos podemos beneficiarnos de esta tecnología si aprendemos a trabajar con ella en lugar de contra ella.
La creatividad no está en peligro de extinción. Está evolucionando, y la IA es simplemente una nueva paleta de colores para que los humanos sigamos pintando un futuro lleno de posibilidades.