Siempre he defendido que la forma más segura de dormir tranquilos teniendo hijos pequeños conectados a Internet, es el diálogo y la educación. Estoy de acuerdo en que lo ideal sería no ofrecer un móvil a los niños hasta que no tengan una edad más avanzada, pero en muchas ocasiones eso no es una opción viable, hay que ser realistas.
El caso es que la seguridad en las plataformas de mensajería se ha convertido en una preocupación principal para muchos, especialmente para aquellos responsables de menores. WhatsApp, siendo la aplicación de mensajería instantánea más popular a nivel global, es la que más nos preocupa en estos momentos.
Voy a compartir con vosotros algunas maneras prácticas y éticas de supervisar la actividad en WhatsApp, enfocándome en su utilidad para garantizar un entorno digital seguro. Aún así, recordad que supervisar en secreto es espiar, y espiar no es bueno. El menor debe saber que está siendo supervisado, para que posteriormente nos podamos sentar con él y explicar lo que ha hecho bien y lo que ha hecho mal.
Por qué supervisar WhatsApp
La necesidad de supervisar WhatsApp radica en varios factores. Primero, el tiempo de pantalla; es fácil perder la noción del tiempo en conversaciones o al revisar estados. Para los más jóvenes, este hábito puede traducirse en horas de distracción de actividades productivas o de descanso. Luego, la exposición a contenido inapropiado y el contacto con extraños son riesgos inherentes en cualquier plataforma digital. El ciberacoso es otro peligro significativo, manifestándose a través de comentarios dañinos o contenido ofensivo compartido en chats grupales o directos. Finalmente, la privacidad y los riesgos de estafas son preocupaciones válidas que justifican una vigilancia cuidadosa. Para controlar el tiempo de pantalla basta con tener Qustodio o Fmaily Link instalado, pero para el ciberacoso la cosa cambia.
Cómo supervisar de manera responsable
La transparencia es fundamental al decidir supervisar la actividad de WhatsApp de menores. Es esencial que estén informados, como ya os he comentado antes.
Para hacerlo, podemos utilizar características nativas de WhatsApp, como WhatsApp Web o la función de vincular dispositivos, que permite un monitoreo abierto y respetuoso. Estas herramientas requieren acceso físico al dispositivo para su activación, asegurando así que el proceso sea transparente.
Para hacerlo, seguid estos pasos:
- Desde un ordenador, abre tu navegador de internet y visita la página web web.whatsapp.com. En esta pantalla se mostrará un código QR, el cual es necesario para vincular la cuenta de WhatsApp del teléfono móvil con la interfaz web.
- Toma el teléfono móvil cuya actividad de WhatsApp deseas supervisar (recuerda, esto debe hacerse con el conocimiento y consentimiento del usuario) y abre la aplicación de WhatsApp.
- En la esquina superior derecha, toca el icono de los tres puntos verticales para abrir el menú de opciones y selecciona «WhatsApp Web».
- Usando el teléfono, escanea el código QR mostrado en la pantalla del ordenador. Esto vinculará la cuenta de WhatsApp del teléfono con la sesión web, permitiéndote ver los mensajes y la actividad desde el navegador.
Para aquellos que busquen soluciones más avanzadas, existen aplicaciones de control parental como AirDroid Parental Control para Android y Hoverwatch para iPhone. Estas aplicaciones ofrecen una supervisión más detallada, incluyendo el seguimiento de mensajes, llamadas y el uso de la cámara, siempre con el objetivo de proteger a los menores de potenciales peligros en línea.
Cuándo y para quién es útil la supervisión
La supervisión de la actividad en WhatsApp es especialmente útil para padres y tutores de menores de edad. Es una herramienta valiosa para protegerlos de contenido no deseado, prevenir el ciberacoso y evitar el contacto con extraños con malas intenciones. Pero recordad que esta vigilancia es más efectiva cuando se combina con una educación digital sólida, enseñándoles sobre los riesgos en línea y cómo navegar de manera segura. La supervisión efectiva de WhatsApp ofrece la oportunidad de fortalecer la comunicación dentro de la familia, de discutir abiertamente sobre los riesgos en línea y cómo evitarlos.