10 dispositivos impresionantes en las películas de James Bond, y algunas predicciones del futuro

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detective con gadgets

Todos sabemos que Los Simpsons han ido adivinando el futuro durante los últimos 35 años, pero este tema no es exclusivo de ellos, muchas de las cosas que han aparecido en James Bond, por ejemplo, se han comercializado después.

Otras no, por supuesto, pero aún no ha acabado el mundo, por lo que la esperanza es lo último que se pierde.

Veamos una lista de 10 gadgets tecnológicos que quitan el hipo en las películas de James Bond:

  • El reloj con láser de «GoldenEye» (1995): Este reloj no solo mostraba la hora, sino que también incluía un láser capaz de cortar casi cualquier material. Pierce Brosnan lo utilizó para escapar de un tren blindado, ilustrando la integración de la tecnología en la resolución de problemas críticos. Lo tenéis descrito en este enlace.
  • El bolígrafo granada de «GoldenEye» (1995): Un bolígrafo que, tras ser pulsado tres veces, se activaba como una granada de tiempo. Este gadget encapsula la idea de que objetos cotidianos pueden tener funciones ocultas y potencialmente letales.
  • El coche invisible de «Die Another Day» (2002): Un Aston Martin V12 Vanquish con «capacidad de invisibilidad», gracias a cámaras que proyectan la imagen del otro lado del coche, haciéndolo parecer transparente. Aunque ciencia ficción en ese momento, prefiguraba las investigaciones en camuflaje óptico y meta-materiales.

  • La maleta de «Desde Rusia con amor» (1963): Contenía un rifle desmontable AR-7, munición adicional, un cuchillo oculto y cápsulas de gas venenoso, representando la multifuncionalidad en dispositivos compactos, un concepto cada vez más relevante en el diseño de productos tecnológicos modernos.
  • El reloj Seiko con impresora térmica de «La espía que me amó» (1977): Este reloj podía recibir mensajes impresos, una anticipación a los dispositivos wearables y la comunicación móvil.
  • El teléfono móvil de «El mañana nunca muere» (1997): Este dispositivo no solo servía para comunicarse sino que también podía controlar remotamente el coche de Bond, una visión anticipada del control remoto de vehículos y la interconectividad IoT.
  • El anillo de ultrasonidos de «Die Another Day» (2002): Un anillo capaz de romper cristales mediante la emisión de frecuencias sonoras. Aunque más fantasioso que práctico, toca la idea de usar el sonido como herramienta física.

  • La cámara de reconocimiento facial de «Licencia para matar» (1989): Una cámara que no solo tomaba fotos sino que también tenía la capacidad de realizar reconocimiento facial, un adelanto a las tecnologías actuales de identificación y seguridad.
  • La pistola de huellas dactilares de «Skyfall» (2012): Una pistola que solo podía ser disparada si reconocía la huella dactilar de Bond, ilustrando la personalización y seguridad biométrica en las armas.
  • El esquí acuático portátil de «El mundo nunca es suficiente» (1999): Un gadget compacto que permitía a Bond deslizarse sobre el agua, presagiando la miniaturización y portabilidad de los dispositivos de transporte personal.

Es como leer los libros de Julio Verne, o igual así lo verán los espectadores del futuro.

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