En el norte de Europa, una iniciativa pionera está a punto de cambiar la forma en que pensamos sobre el almacenamiento de energía renovable. La empresa británica Gravitricity ha anunciado planes para convertir la mina más profunda de Europa, situada en Pyhäjärvi, Finlandia, en una batería de gravedad. Este proyecto quiere ser un ejemplo de cómo podemos repensar el uso de infraestructuras existentes para enfrentar los retos energéticos contemporáneos.
Pyhäjärvi, una ciudad a unos 450 km al norte de Helsinki, albergaba hasta hace poco una mina productora de zinc y cobre, la más profunda del continente, con 1.444 metros de profundidad. Tras el cese de sus operaciones en agosto de 2022, la comunidad local y la empresa canadiense First Quantum Minerals comenzaron a explorar nuevas formas de utilizar este vasto espacio subterráneo.
Cómo funciona una batería de gravedad
El proyecto, liderado por Gravitricity, propone una solución ingeniosa para almacenar energía: durante periodos de alta producción energética, por ejemplo, cuando hay mucho viento o sol, se utiliza esta energía excedente para elevar grandes pesos dentro del pozo de la mina. Cuando la demanda de energía aumenta y no hay suficiente producción renovable, estos pesos se liberan gradualmente, descendiendo por el pozo y generando electricidad a través de cabrestantes que actúan como generadores.
Una batería de gravedad funciona, de esa forma, basándose en el principio fundamental de la física de convertir la energía potencial gravitatoria en energía cinética, y luego en energía eléctrica. Aparte del ejemplo anterior de Gravitricity, que utiliza pesos en minas para almacenar y liberar energía, otro enfoque común en el diseño de baterías de gravedad es el uso de torres o sistemas elevados. A continuación, describo cómo funcionaría este tipo de sistema:
Imaginemos una torre o estructura vertical equipada con un conjunto de pesas masivas. Durante los periodos de baja demanda de energía, cuando la electricidad generada por fuentes renovables, es abundante y barata, esta energía se utiliza para elevar las pesas hasta la parte superior de la torre. Al elevar las pesas, la energía eléctrica se convierte en energía potencial almacenada. Este proceso es similar a cómo se cargaría una batería tradicional, pero en lugar de almacenar energía en forma química, se almacena como energía potencial gravitatoria.
Cuando la demanda de energía aumenta y es necesario suministrar electricidad al sistema, las pesas se liberan para descender por la torre. Este descenso activa unos generadores mediante un sistema de poleas y cabrestantes, convirtiendo la energía potencial gravitatoria de nuevo en energía eléctrica. Este proceso de descenso y generación puede ajustarse en velocidad y cantidad de pesos liberados para controlar la cantidad de electricidad generada, según las necesidades del momento.
Ventajas de estas baterías de gravedad
La belleza de este sistema radica en su simplicidad y en la eficiencia de utilizar la gravedad como un medio de almacenamiento. No hay pérdida significativa de energía en el proceso de almacenamiento y recuperación, aparte de las inevitables pérdidas por fricción y la eficiencia de conversión de los generadores. Por otro lado, este método no se degrada con el tiempo de la misma manera que las baterías químicas, lo que significa que puede tener una vida útil muy larga con un mantenimiento relativamente bajo.
Esta propuesta tiene varios aspectos destacables. Primero, aprovecha una infraestructura ya existente, evitando el impacto ambiental y los costes asociados a la construcción de nuevas instalaciones de almacenamiento. Además, se trata de una solución rápida y modular, capaz de ajustarse a las necesidades energéticas específicas de cada lugar. Contrario a las baterías de iones de litio, este sistema no sufre pérdidas de energía cuando no está en uso y promete ser más económico tanto en su implementación como en su operación.
Gravitricity tiene previsto construir un prototipo de 2 MW en un pozo auxiliar de 530 metros de profundidad para demostrar la viabilidad de su tecnología. La elección de Pyhäjärvi no es casual: se beneficia de una excelente infraestructura eléctrica y de su posición estratégica en Europa, lo que lo convierte en un lugar ideal para este tipo de innovación.
Este proyecto podría significar un renacimiento económico para la región, proporcionando nuevos empleos y oportunidades de desarrollo, y al mismo tiempo plantea una alternativa más sostenible y eficiente al almacenamiento de energía renovable. Frente a los desafíos de la transición energética, la capacidad de almacenar energía de manera eficaz y económica es fundamental. La batería de gravedad de Gravitricity representa un paso adelante en este sentido, ofreciendo una solución que podría ser replicada en otras partes del mundo con minas en desuso.
En mi opinión, este tipo de proyectos son esenciales para avanzar hacia un futuro más verde. La capacidad de repensar y reutilizar lo que ya tenemos, como en el caso de las minas de Pyhäjärvi, demuestra que las soluciones a algunos de nuestros mayores desafíos pueden estar justo debajo de nosotros, esperando ser descubiertas. Con iniciativas como esta, nos acercamos un paso más a un sistema energético sostenible y resiliente.