Qué significa que ChatGPT está «más perezoso»

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En el mundo de la inteligencia artificial, específicamente en el universo de ChatGPT-4, se ha detectado una tendencia curiosa. Usuarios han reportado que el modelo parece comportarse de manera más «perezosa», es decir, con respuestas menos elaboradas o evitando ciertas tareas. Este comportamiento, más allá de ser una simple curiosidad, nos impulsa a indagar en su verdadero significado.

Desde finales de noviembre, se ha percibido que ChatGPT-4 no mantenía su eficiencia habitual. OpenAI, ante esto, confirmó que estaban al tanto del asunto, aunque sin aclarar las causas. Este comportamiento impredecible nos lleva a cuestionar la estabilidad y fiabilidad de estos modelos.

Surge entonces la hipótesis del descanso invernal, que sugiere que ChatGPT podría estar emulando un patrón humano de reducir la productividad en invierno. Aunque no hay pruebas concretas, la idea de que un modelo de IA pueda reflejar hábitos estacionales humanos es, cuanto menos, intrigante.

Es notable cómo modelos como GPT-4 responden a estímulos emocionales humanos. Pedirle al modelo que «respire hondo» antes de un desafío puede mejorar su desempeño, lo que destaca una interacción casi humana entre usuario e IA.

Rob Lynch reportó que las respuestas de ChatGPT eran más breves en diciembre que en mayo, pero otros investigadores no han logrado replicar estos hallazgos con significación estadística. Esto subraya la naturaleza impredecible y variable de los modelos de lenguaje.

No es la primera vez que se percibe «pereza» en ChatGPT. Las variaciones en las respuestas siempre han estado presentes, pero ahora han captado mayor atención. Asimismo, las afirmaciones sobre la pérdida de capacidades de GPT-4 son controversiales y difíciles de comprobar.

Lo que debemos tener claro es que solemos humanizar todo, incluida la inteligencia artificial. Calificar una respuesta tardía como «pereza» o un dato erróneo como «alucinación» es más un reflejo de nuestra tendencia a antropomorfizar que un análisis objetivo. Al final, todo se reduce a estadística, y al atribuirle cualidades humanas a estos modelos, provocamos que se interpreten de manera equivocada. Estamos todavía lejos de afirmar que una inteligencia artificial es genuinamente inteligente. Así que tranquilos, la «pereza» de ChatGPT probablemente no tenga nada que ver con las vacaciones de Navidad.