Microrobots en el estudio de células humanas

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La Universidad Técnica de Múnich (TUM) ha dado un paso significativo en el campo de la tecnología médica al desarrollar un microbot capaz de navegar con precisión dentro de agrupaciones celulares.

El sistema de microrobot se conoce como TACSI (Thermally Activated Cell-Signal Imaging). Está compuesto por nanovarillas de oro y un tinte fluorescente, todo ello encapsulado en un biomaterial derivado de algas. Su tamaño es tan diminuto que su grosor es la mitad del de un cabello humano.

El equipo de TUM sugiere que este microbot podría tener aplicaciones en el estudio de procesos celulares y en el desarrollo de tratamientos médicos de precisión para diversas enfermedades, incluidas las heridas cutáneas y el cáncer.

Cómo funciona la tecnología de los Microrobots

El corazón del microrobot TACSI está formado por dos componentes clave: nanovarillas de oro y un tinte fluorescente llamado naranja de rodamina B. Ambos están encapsulados en un material hecho de algas, lo que hace que el robot sea biocompatible, es decir, que pueda interactuar de forma segura con células humanas.

Nanovarillas de Oro

Imaginemos que estas nanovarillas son como pequeñas «barritas» de oro, tan diminutas que son casi invisibles al ojo humano. Su función es actuar como pequeños calentadores. Cuando se les apunta con un láser, se calientan muy rápidamente y, a su vez, calientan las células cercanas. Este cambio de temperatura se puede controlar con mucha precisión, lo que es crucial para estudiar cómo reaccionan las células al calor.

Tinte Fluorescente: Naranja de Rodamina B

Este tinte actúa como un termómetro muy sensible. Cambia de color según la temperatura, lo que permite a los científicos saber exactamente cuánto se ha calentado o enfriado una célula. Es como tener un termómetro a nivel celular que nos da lecturas en tiempo real.

¿Cómo Funcionan Juntos?

Cuando las nanovarillas de oro se calientan con el láser, también calientan las células cercanas. El tinte fluorescente en el microrobot cambia de color según la temperatura, lo que permite a los investigadores medir con precisión cuánto se han calentado las células. Este sistema combinado permite un control muy detallado sobre el ambiente celular, lo que es esencial para entender cómo las células reaccionan a diferentes condiciones.

Resultados

El equipo realizó pruebas en células renales para demostrar la capacidad del microrobot de influir en los canales iónicos de las células. Utilizaron un láser infrarrojo para elevar la temperatura y medir el aumento mediante la intensidad del color del tinte.

Según los desarrolladores, es posible fabricar hasta 10.000 microrobots en una sola tanda de producción. Actualmente, estos microrobots se utilizan para aplicaciones in vitro, es decir, fuera del cuerpo humano.

El desarrollo de microrobots como TACSI abre nuevas posibilidades en el campo de la medicina y la investigación. No solo ofrece una herramienta para estudiar procesos celulares complejos, sino que también plantea preguntas éticas y prácticas sobre cómo se utilizarán estas tecnologías en el futuro.

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Imagen meramente ilustrativa