Una innovación en el campo de la inteligencia artificial ha surgido de la Universidad de Monash y la startup Cortical Labs de Melbourne. Han diseñado un chip semi-biológico llamado «DishBrain», que combina células cerebrales humanas y de ratón cultivadas en el laboratorio con circuitos electrónicos. Este prodigio tecnológico ha mostrado habilidades sorprendentes para aprender y adaptarse.
Técnica de desarrollo del chip
El núcleo del «DishBrain» es una matriz de microelectrodos capaz de leer la actividad en las células cerebrales y de estimularlas con señales eléctricas. De esta forma, los científicos han conseguido una interacción bidireccional entre las células cerebrales y los estímulos eléctricos. Esto ha permitido que las células cerebrales perciban el mundo exterior y actúen sobre él, algo inédito hasta ahora en el uso de células cerebrales cultivadas en laboratorio.
Un sistema de recompensa innovador
Para que las células cerebrales aprendan y se adapten, los investigadores desarrollaron un sistema de recompensa basado en la predictabilidad e impredecibilidad de los estímulos. Así, cuando se alcanza un objetivo (como golpear una bola en un juego de Pong), las células reciben un estímulo predecible. Pero si no logran el objetivo, las células reciben un estímulo impredecible, lo que las impulsa a adaptarse y aprender a predecir y evitar tal estímulo.
Apoyo financiero y perspectivas futuras
Este trabajo pionero ha recibido una subvención de 407.000 dólares estadounidenses (alrededor de 345.000 euros) del Programa de Becas de Descubrimiento de Investigación en Inteligencia y Seguridad Nacional de Australia. Los fondos se utilizarán para escalar la tecnología y desarrollar máquinas de inteligencia artificial más avanzadas que imiten la capacidad de aprendizaje de estas redes neuronales biológicas.
Superando el rendimiento del hardware de silicio
Este chip semi-biológico, al fusionar el cálculo biológico con la inteligencia artificial, podría superar eventualmente el rendimiento del hardware actual basado en silicio. Esta tecnología abre nuevas perspectivas en una variedad de campos como la planificación, la robótica, la automatización avanzada, las interfaces cerebro-máquina y el descubrimiento de medicamentos.
La promesa de la inteligencia adaptativa
«DishBrain» promete dar vida a una nueva generación de máquinas capaces de aprender nuevas habilidades sin olvidar las antiguas, adaptarse al cambio y aplicar conocimientos antiguos a situaciones nuevas. Este chip semi-biológico podría ser la clave para el desarrollo de una nueva forma de inteligencia en máquinas, posibilitando la creación de sistemas que se auto-optimicen constantemente en términos de potencia de cálculo, memoria y energía.
El proyecto «DishBrain» está replanteando las fronteras de la inteligencia artificial y la neurobiología. Esta unión entre biología y tecnología nos brinda una visión de lo que podría ser el futuro de la inteligencia en máquinas: una sinergia perfecta de biología y electrónica.
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