Google, el gigante tecnológico, ha demostrado una vez más su compromiso con la lucha contra el racismo y la discriminación. Recientemente, la compañía retiró de su tienda de aplicaciones, Google Play, un videojuego llamado ‘Simulador de Esclavitud’. Este juego, que permitía a los usuarios comprar, vender y hasta torturar personajes negros, generó una ola de indignación en Brasil, lo que llevó a las autoridades a abrir una investigación por «discurso de odio».
El juego que desató la controversia
El ‘Simulador de Esclavitud’ fue producido por una empresa llamada «Magnus Games». En este videojuego, los participantes eran aconsejados a «utilizar los esclavos para enriquecerse», o «hacer todo lo posible para evitar la abolición de la esclavitud, para acumular dinero». A pesar de que los creadores del juego afirmaban que estaba diseñado únicamente con fines de entretenimiento y condenaban cualquier tipo de esclavitud, la realidad es que el contenido del juego resultó ser ofensivo y provocó un gran revuelo.
La respuesta de Google
Ante la polémica generada, Google no tardó en tomar medidas. La compañía retiró la aplicación de su tienda y emitió un comunicado en el que afirmaba que no permitiría en su plataforma aplicaciones que promovieran la violencia o incitaran al odio debido a la raza u origen étnico de las personas. Además, Google invitó a los usuarios a denunciar este tipo de contenidos.
La lucha contra el racismo en Brasil
Brasil, el último país de América en abolir la esclavitud en 1888, aún enfrenta problemas de racismo. Más del 56% de la población se identifica como afrodescendiente. En este contexto, el Ministerio de Igualdad Racial de Brasil ha pedido a Google que implemente medidas eficaces para filtrar contenido que contenga discursos de odio, intolerancia y racismo.
La diputada Renata Souza ha calificado el juego como una mezcla de racismo y fascismo, y ha destacado la necesidad de una regulación más estricta de las redes sociales para evitar este tipo de situaciones.
El caso del ‘Simulador de Esclavitud’ pone de manifiesto la importancia de la moderación y la regulación de los contenidos en las plataformas digitales. Las empresas tecnológicas tienen la responsabilidad de garantizar que sus plataformas no se utilicen para promover la violencia o el odio. Al mismo tiempo, es fundamental que los usuarios denuncien este tipo de contenidos cuando los encuentren. Solo así podremos construir un espacio digital seguro y respetuoso para todos.