De la oscuridad del océano a la tecnología: la adaptación de los peces abisales

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Los océanos son uno de los lugares más misteriosos de nuestro planeta. Con una profundidad media de 3.800 metros y una máxima de 11 kilómetros, el mar es el hogar de una gran variedad de especies, muchas de las cuales no han sido descubiertas todavía.

Recientemente, científicos han grabado en video al pez más profundo jamás documentado por humanos. El Pseudoliparis, un tipo desconocido de pez abisal, fue capturado por una cámara autónoma a una profundidad de 8.336 metros en la fosa de Izu-Ogasawara, al sureste de Japón. Esta hazaña científica ha abierto el debate sobre cómo los animales han adaptado para sobrevivir en los ambientes más hostiles del planeta.

La zona hadal y su ecosistema

El lugar donde se encontró al pez Pseudoliparis es conocido como la zona hadal, que se extiende desde los 6 hasta los 11 kilómetros de profundidad. Esta zona es caracterizada por la oscuridad completa, la presión aplastante y temperaturas cercanas al congelamiento.

Anteriormente, los científicos creían que la vida en las profundidades oceánicas era imposible debido a estas condiciones adversas. Sin embargo, en 1977, un equipo de investigación estadounidense descubrió que los respiraderos hidrotermales del fondo del mar estaban llenos de vida. Desde entonces, se han descubierto más de 600 especies nunca antes vistas en esta zona, incluyendo el «The Hoff», un nuevo tipo de cangrejo llamado así en honor al actor estadounidense David Hasselhoff debido a su pecho peludo, y la caracola «Chrysomallon squamiferum», un tipo de caracola con armadura de hierro.

Adaptaciones de los animales en la zona hadal

La vida en la zona hadal es extremadamente difícil, sin embargo, muchas especies han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en estas condiciones. Los peces abisales, por ejemplo, no tienen vejiga natatoria, un órgano lleno de gas que les permite flotar en el agua, debido a que la diferencia de presión entre el aire y el agua haría que se les estallara el órgano.

Algunas especies de crustáceos, como el gigante anfípodo, y el Pseudoliparis tienen altas concentraciones de moléculas orgánicas llamadas piezolitos. Estas moléculas evitan que sus membranas celulares y proteínas sean aplastadas bajo la extrema presión que se experimenta en las profundidades del océano. Algunos peces abisales también tienen glóbulos rojos más grandes y altas concentraciones de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en la sangre, para sobrevivir en un ambiente con bajo contenido de oxígeno.

Qué hacen los piezolitos

Los piezolitos son moléculas orgánicas que se encuentran en altas concentraciones en algunas especies de animales que habitan en las profundidades oceánicas, como los crustáceos y los peces abisales. Estas moléculas tienen la capacidad de proteger las membranas celulares y las proteínas de los animales contra los efectos de la presión extrema que se experimenta en las profundidades del océano.

Funcionan al contrarrestar la presión que ejerce el agua sobre las membranas celulares y las proteínas de los animales. Cuando se somete a presión, el agua tiende a comprimir las proteínas y las membranas celulares de los organismos, lo que puede dañarlos y destruirlos. Sin embargo, los piezolitos tienen la capacidad de aumentar el espacio que ocupan las proteínas en el interior de las células, contrarrestando el efecto de la presión del agua y protegiendo así las proteínas y las membranas celulares.

Están compuestos de diferentes tipos de moléculas orgánicas, como los aminoácidos y los azúcares, que se unen para formar estructuras moleculares complejas. Aunque se sabe que algunos organismos producen piezolitos, aún no se comprende completamente cómo se sintetizan y cómo funcionan en los organismos.

Los científicos están estudiando los piezolitos en los animales que habitan en las profundidades del océano para entender mejor su estructura y función, y cómo podrían ser utilizados en aplicaciones tecnológicas en el futuro. Se ha descubierto que los piezolitos tienen propiedades mecánicas y estructurales únicas, lo que los hace interesantes para su uso en materiales resistentes a la presión y la deformación.

Implicaciones tecnológicas

Las adaptaciones de los animales en la zona hadal pueden tener implicaciones importantes en la tecnología. La capacidad de estas especies para sobrevivir en condiciones extremas podría inspirar el desarrollo de nuevos materiales y tecnologías que puedan resistir altas presiones y temperaturas.

Por ejemplo, las moléculas orgánicas que protegen a los crustáceos y peces abisales de la presión extrema podrían ser utilizadas en la fabricación de materiales resistentes a la presión en la industria aeroespacial.  Por otro lado, el estudio de la hemoglobina y la adaptación de los peces a la baja concentración de oxígeno podría ser útil para desarrollar tecnologías que ayuden a las personas que trabajan en ambientes con baja presión de oxígeno, como astronautas o trabajadores en grandes altitudes.

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