Cómo puede un algoritmo ayudar en la tragedia de Turquía y Siria

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Más de 30.000 muertos, muchos más heridos y decenas de miles de personas sin hogar. Un desastre provocado por un enorme terremoto está siendo el protagonista de las noticias diarias, y tenemos que ayudar de cualquier forma posible.

La tecnología también puede poner su grano de arena. En este caso hablaremos de cómo puede ayudar un «simple» algoritmo.

En particular, el algoritmo matemático desarrollado por el equipo de la Universidad HEC Montreal para establecer los mejores puntos para construir nuevas fuentes comunitarias de agua en Nepal después de los terremotos de 2015 podría ser adaptado para ayudar en la distribución de suministros básicos como alimentos, agua embotellada y servicios médicos en las áreas afectadas por los terremotos en Turquía. El programa podría ser utilizado para identificar los puntos de ayuda más adecuados y equilibrar la distancia entre ellos para que la gente pueda acceder a ellos fácilmente, algo semejante a lo que hace Amazon a la hora de calcular sus puntos de distribución, tal y como cuentan en elpais.

¿Qué ventajas tiene el algoritmo?

El algoritmo no está sujeto a errores humanos y puede procesar y analizar datos de manera objetiva e imparcial. En el caso de la distribución de ayuda humanitaria después de una catástrofe, un algoritmo puede ayudar a identificar los puntos de ayuda más adecuados y equilibrar la distancia entre ellos de manera más efectiva, lo que puede ahorrar tiempo y recursos valiosos y ayudar a llegar a las personas que necesitan ayuda de manera más rápida y efectiva.

Las posiciones de las fuentes se calculan de forma óptima utilizando técnicas de optimización matemática. En el caso del proyecto de la Universidad HEC Montreal en Nepal, el equipo utilizó imágenes satelitales y datos geográficos para crear un modelo matemático que identificara las mejores ubicaciones para construir las fuentes de agua. El objetivo era minimizar el número de fuentes de agua necesarias mientras se aseguraba que cada persona no caminara más de 250 metros en horizontal u 80 metros en vertical hasta la fuente más cercana.

El algoritmo considera la topografía del terreno, la ubicación de los manantiales, la ubicación de la población afectada, la distancia máxima que las personas deben caminar para acceder a la fuente de agua más cercana y el hecho de que la red de distribución de agua debe ser gravitacional, es decir, sin bombeo de agua.

Para lograr esto, los investigadores tradujeron los datos de imágenes satelitales en una rejilla numérica y luego construyeron un grafo que conectaba los puntos relevantes. Luego, utilizaron técnicas de optimización matemática para determinar la configuración óptima de fuentes de agua en la red.

¿Funcionó en Nepal?

El proyecto de la Universidad HEC Montreal no se implementó completamente en Nepal, ya que cuando los investigadores presentaron su plan para una red completa de abastecimiento de agua desde cero, las autoridades locales ya habían reconstruido algunas fuentes de agua de manera improvisada para proporcionar agua potable a las comunidades afectadas por los terremotos. A pesar de esto, el equipo ofreció su herramienta científica para analizar lo que se había hecho y lo que aún necesitaban hacer para mejorar la distribución de agua en la región de Dolakha, en Nepal. El enfoque científico de los investigadores permitió ofrecer una solución que podría ser adaptada y mejorada para futuros proyectos de ayuda humanitaria en todo el mundo.

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