No cabe duda el auge que ha tenido la impresión 3D estos últimos años al ser implementada en diferentes áreas como la salud, donde se ha visto las capacidades de esta tecnología para imprimir implantes dentales y prótesis de huesos.
Así también, la impresión 3D hizo posible que pudiera fabricarse material sanitario, como adaptadores para respiradores, pantallas protectoras, entre otros, para combatir el coronavirus.
Hace poco un equipo de ingenieros de la Universidad de Monash dio a conocer un estudio donde demostraron la manera en que las técnicas de impresión 3D avanzadas podían ser usadas para desarrollar una aleación de titanio comercial ultrarresistente, lo cual podría contribuir notablemente a mejorar los proyectos llevados a cabo en la industria biomédica, así como también en la energética, de defensa, aeroespacial y espacial.
En ese sentido, el equipo de investigadores australianos hizo uso de un método de impresión 3D para poder manipular una nueva microestructura, logrando al final un rendimiento mecánico revolucionario.
Cabe mencionar que este proyecto fue puesto en marcha haciendo uso de aleaciones disponibles en el mercado, pudiendo ser aplicadas de inmediato. Al respecto, el profesor Aijun Huang, una de las personas al mando de la investigación expresó:
Las aleaciones de titanio requieren un complejo proceso de fundición para conseguir las altas resistencias que requieren algunas aplicaciones críticas. Hemos descubierto que la fabricación aditiva puede aprovechar su proceso de fabricación único para crear piezas ultrarresistentes y térmicamente estables en aleaciones de titanio comerciales, que pueden aplicarse directamente en servicio.
Ha sido en esta última década donde se ha visto como la impresión 3D se ha convertido en el método más eficaz para fabricar metales gracias a la libertad de diseño que ofrece y la capacidad de obtener casi cualquier pieza geométrica.
En la actualidad las aleaciones de titanio constituyen los componentes metálicos que más se fabrican por impresión 3D.
A pesar de esto, la mayoría de estas aleaciones no son lo suficientemente aptas para aplicaciones estructurales. Una de las razones es su baja resistencia a temperaturas ambiente, así como en condiciones de servicio extremas.
Con el paso del tiempo se espera que los resultados de este estudio ayuden a obtener conocimientos más amplios sobre los principios de la ingeniería de fortalecimiento y dislocación en el campo de la metalurgia física.