Cuando se habla de la impresión 3D, desde hace 10 años esta tecnología ha venido experimentando un crecimiento notable.
Así también, a lo largo de este tiempo hemos visto el surgimiento de nuevas y mejores herramientas que han elevado la calidad de este tipo de impresión, haciendo posible la fabricación de piezas en plástico y otros materiales.
Ha sido tal el nivel de sofisticación que ha alcanzado la impresión 3D que ahora es posible imprimir no solo objetos, sino también edificios.
Esto a través de grúas que han sido diseñadas de manera que sirvan como gigantescas impresoras 3D, haciendo uso de un sistema conocido como WASP, el cual fue implementado en la construcción del primer edificio impreso 3D en España, específicamente en la ciudad Barcelona.
Con el nombre de TOVA, este proyecto de momento está en su fase de ensayo, la cual está siendo llevada a cabo en las instalaciones de Valldaura Labs del Institut d’Arquitectura Avançada de Catalunya (IAAC), constituyendo así un paso adelante en el rumbo que podría tomar la construcción de aquí en un futuro cercano.
Es así que TOVA surge como una iniciativa del IAAC en un esfuerzo por encontrar nuevas maneras de abordar los desafíos sociales y medioambientales del futuro.
Para ello, han ideado un prototipo donde se combina el pasado al recrear la arquitectura vernácula de barro y el futuro al hacer uso de la tecnología de impresión 3D para dar forma a esta estructura.
Todo esto contribuirá a que se generen cambios en los procesos de construcción de estructuras en el futuro y sea visto como una solución a la actual crisis habitacional que se vive en el mundo.
Volviendo a TOVA, este edificio fue llevado a cabo bajo uno de los métodos de construcción más sostenibles y amigables con el medio ambiente.
Todo el proceso tomo un tiempo de 7 semanas en ser completado por la impresora 3D arquitectónica, haciendo uso de materiales obtenidos en un radio de 50 metros, es decir, barro local que luego fue mezclado con aditivos y enzimas para dotarle de la integridad estructural y elasticidad necesarias para permitir la impresión 3D.
Para la cimentación se utilizó geopolímero, mientras que para el techo se usó madera. Añadido a esto, se optó por añadir una capa impermeable compuesta por aloe y claras de huevo para favorecer la durabilidad de la estructura.
Podéis ver fotografías del proyecto en iaac.net